lunes, 6 de febrero de 2012

Hiperinsulinemia,¿Qué es y cómo enfrentarla?

La hiperinsulinemia no necesariamente tiene relación con el factor genético; simplemente puede ser resultado de demasiado estrés sumado a un estilo de vida poco saludable en el que reina la comida chatarra, la exagerada combinación de carbohidratos, las gaseosas, el sedentarismo, el consumo de alcohol y cigarro. Estos, en definitiva, pueden dar paso a esta patología que por lo general no es reversible.

La hiperinsulinemia es el exceso de insulina en la sangre que se produce cuando el páncreas segrega esta hormona en una cantidad mayor a la normal y esto provoca que dicha hormona se acumule en la sangre ocasionando varias complicaciones en la salud.

“El páncreas es la fábrica de la insulina pero cuando es producida en exceso el organismo la consume antes de tiempo y una vez que ya no se cuente con insulina se presenta la diabetes. Es importante que se tome en cuenta que la hiperinsulinemia es un trastorno que por lo general está asociado al sobrepeso y a otras alteraciones como hipertensión, niveles elevados de colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre, que tienen una estrecha relación con el estilo de vida”, asegura la Lic. Jacqueline Arando, nutricionista y dietista de Vivir con Diabetes y de la Caja de Salud de la Banca Privada.

Alerta!
sobre presencia de este mal

SÍNTOMAS

El aumento de la grasa en el abdomen (índice de cintura), es un indicador de le presencia de este trastorno. Las personas que engordan en forma de manzana (obesidad androide) deben estar atentas. Si bien es común que después de los embarazos se aumente la talla en la cintura, cuando la medida pasa de 88 cm., en el caso de las mujeres y en los varones de 92cm., se debe estar alerta ya que pueden presentar problemas cardiometabólicos.


La ansiedad por comer, sobre todo carbohidratos y azúcares, es otro de los síntomas.


Retención de líquidos, confusión y mareo, dolores de cabeza, ataques de irritabilidad, sensación de presión baja, mucha hambre después de una comida principal (almuerzo y/o cena).


El sobrepeso no es una constante, ya que hay pacientes delgados con triglicéridos altos.

*Estos son algunos de los síntomas más frecuentes. Ante la presencia de algunos de ellos, debe acudir con un endocrinólogo. Si después de hacer los exámenes correspondientes se diagnostica la hiperinsulinemia, el especialista tratará al paciente con medicamentos, una dieta sana que debe ser supervisada por un nutricionista y recuerde que el ejercicio es fundamental.

DIETA SANA


El tratamiento en personas que padecen hiperinsulinemia incluye una dieta rigurosamente sana, libre de azúcares, baja en carbohidratos y rica en fibra. Lamentablemente en nuestro país se acostumbra a consumir muchos carbohidratos.


“El cochabambino, por ejemplo, aunque puede que no sea muy dulcero, siempre combina arroz con papa o fideo con papá, mote, papa y queso, etc. Los carbohidratos se convierten en azúcar (glucosa) y cuanto más se la consume se estimula a una mayor liberación de insulina”, dice Arando.


Una alimentación adecuada puede ayudar a disminuir y a controlar la hiperinsulinemia, además de corregir el sobrepeso. Si bien es fundamental para estos pacientes contar con un plan nutricional personalizado que permita enfrentar esta patología y sus complicaciones, existen ciertas estrategias alimentarias que deben ser tomadas en cuenta por todos en general para evitar contraer este mal.


En general todos deben vigilar la cantidad de carbohidratos en su dieta: harinas, pastas, pan, galletas, papas, arroz, masas, etc. En pacientes con estos síntomas se debe tener un control riguroso con estos alimentos.


Los pacientes con hiperinsulinemia deben evitar el azúcar y los alimentos azucarados.


“Las personas, por lo general, creen que sólo deben suprimir el azúcar de la mesa y no toman en cuenta otros alimentos que igualmente ponen en riesgo su salud. El azúcar blanca, morena, la miel de caña, chancacas, jaleas y la miel de abeja, no son saludables para estos pacientes. Al igual que las gaseosas y los dulces en general.


Se aconseja reducir el consumo de sodio, grasas; como embutidos, enlatados y fiambres.


Se recomienda utilizar condimentos naturales para sazonar las comidas.


Estos pacientes no deben consumir bebidas alcohólicas y deben beber bastante agua.


Es importante tomar en cuenta que los alimentos sanos como el trigo, poroto, lenteja, maíz y la quinua, entre otros, que son ricos en fibra, no deben ser consumidos de manera exagera, ya que si son ingeridos en grandes cantidades igualmente terminan convirtiéndose en azúcar (glucosa).


Las proteínas como: leches carnes y huevos se pueden consumir pero en cantidades normales. Mejor aún si son carnes magras: vaca pollo y pescado. Evitar la carne de cerdo, los mariscos, corderos y menudencias. Éstos pueden ser consumidos muy esporádicamente (una a dos veces al mes)


Recuerde no abusar de la comida chatarra, y esta recomendación es útil para toda la familia.


“Las papás fritas cuando son consumidas de manera casi regular terminan por afectar el nivel de triglicéridos. Al igual que las gaseosas y más aún aquellas que tiene cafeína, y si además se suma a ello el consumo de cigarro y alcohol, es como abrir una ventana para que las grasas pasen al torrente sanguíneo, dando paso inclusive a que se presenten otras enfermedades de alto riesgo”, asegura Arando.

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