jueves, 8 de marzo de 2012

Complicaciones de tres males derivan en enfermedad renal

Si una persona sufre de diabetes, hipertensión arterial u obesidad y no es consecuente con el tratamiento de su enfermedad, puede llegar a padecer, además, insuficiencia renal crónica, un mal por el que 1.780 enfermos en el país dependen de una máquina para seguir viviendo.

“Nosotros tenemos un pésimo hábito dietético y nuestro nivel cultural es muy bajo como para aplicar las terapias o tratamientos concomitantes (conjuntas) que se hacen antes de llegar a la insuficiencia renal”, advirtió el responsable de la Unidad de Hemodiálisis del Hospital de Clínicas de La Paz, Pabel Sainz.

En el caso de la diabetes, dijo que esta enfermedad se complica más cuando el paciente no pone atención a su estilo de vida. Por ejemplo, si consume comida rápida y productos ricos en grasa en lugar de alimentos naturales, la persona tenderá a engordar y la afección se agravará porque su sangre no circulará con normalidad en su organismo, con lo que sus riñones funcionarán mal.

Según el galeno, un 50% de los casos de diabetes deriva en insuficiencia renal porque los riñones del enfermo se deterioran ante la falta de control de la glicemia y de su presión arterial.

Si una persona es diabética y es obesa tiene más tendencia a ser hipertensa, acotó Sainz, quien además aclaró que los problemas renales no se producen a causa de resfríos mal curados, como comúnmente se piensa.

El paciente que recibe un tratamiento de hemodiálisis por lo general no muere por insuficiencia renal, sino por problemas cardiacos, dijo el especialista.

Sainz agregó que la máquina que dializa la sangre para purificarla y liberarla de toxinas, suplanta la función del riñón que dejó de funcionar.

Hoy se recuerda el Día Mundial del Riñón, oportunidad en la que instituciones vinculadas a la salud de las personas explicarán las causas de las enfermedades vinculadas a este órgano y las maneras de prevenirlas.

El hospital Juan XXIII, de la Iglesia Católica, a mediados de este mes realizará una campaña para detectar principios de este mal, a través de exámenes laboratoriales de creatinina (para medir el nivel de creatina, un nutriente que es filtrado por los riñones) y proteinuria (presencia de proteína en la orina).

El coordinador de enfermedades renales de dicho hospital, Rodolfo Flores, dijo que el costo para los exámenes y un chequeo médico general para detectar otros males que derivan en la enfermedad renal será de 100 a 120 bolivianos.

El responsable interino del Programa Nacional de Salud Renal del Ministerio de Salud, Óscar Velásquez, informó que en los hospitales públicos los exámenes para detectar enfermedades renales son gratuitos.

Recomendaciones para prevenir el mal
Chequeos Los especialistas recomiendan realizarse la prueba de creatinina y proteinuria al menos una vez al año para detectar este mal. Si dichos exámenes dan positivo, se procede a realizar tratamientos a fin de aminorar el mal.


Alimentación Hay que evitar el consumo de grasas, hacer ejercicios que permitan una buena circulación de la sangre, someterse a controles médicos que permitan detectar la diabetes, la hipertensión arterial y la obesidad.



1.780 personas requieren diálisis
A escala nacional, 1.780 personas reciben tratamiento en las unidades de hemodiálisis del país que se encuentran en hospitales públicos, de seguridad social y privados.

El responsable interino del Programa Nacional de Salud Renal del Ministerio de Salud, Óscar Velásquez, informó que las personas que reciben ese tratamiento son los enfermos renales crónicos, cuyos riñones ya no funcionan bien y requieren de una máquina para poder purificar su sangre o, de lo contrario, de un trasplante de riñón.

De esa cantidad, unas 900 se atienden en algún seguro social, 700 recurren a hospitales públicos y el resto va a clínicas y hospitales privados.

Por otro lado, de ese total, unas 800 personas esperan por un trasplante de riñón.

En mayo de 2011, el Ministerio de Salud comenzó la campaña de donación de órganos. A la fecha, 5.000 personas se inscribieron como voluntarios para ceder sus órganos después de muertos.

En Bolivia hay 13 unidades de hemodiálisis públicas para atender a los enfermos renales crónicos. En el departamento de La Paz, dichas unidades están en el Hospital de Clínicas y en el Hospital Boliviano Holandés, de El Alto.

La primera tiene 23 equipos que funcionan en cuatro turnos: mañana, tarde, noche y trasnoche, vale decir, las 24 horas del día.


mARÍA SOLís61 años, recibe diálisis Hace tres años vendía ropa en las mañaneras de la Tumusla y tenía presión alta. Desde ese entonces mi vida cambió porque me dijeron que mis riñones ya no funcionaban y necesitaba sesiones de diálisis. Nada sería estar mal del riñón, encima tengo anemia y para eso debo gastar también por otros análisis que necesito y casi siempre debo parar en el hospital. Ya no puedo vender y mis hermanos son los que me ayudan. Es triste tener que estar pegada a esta máquina durante cuatro horas al día, cada tres días a la semana. Cuando salgo de aquí (unidad de hemodiálisis) parezco borracha, siento mareos. Yo recomendaría a la gente que cuide su salud para no llegar a este estado en el que uno ya no puede comer lo que se le antoja, hasta el agua tiene que limitar.

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