miércoles, 23 de mayo de 2012

Al mes, unas 100 personas huyen sin pagar al hospital

De 250 pacientes de escasos recursos que son atendidos por mes en el Hospital de Clínicas de La Paz, luego de un compromiso de pago, al menos cien huyen del lugar por no poder cancelar la deuda con el nosocomio.

El área de donde más se fugan las personas es Emergencias, porque la gente que es remitida ahí llega por alguna urgencia y no necesariamente lleva dinero en sus bolsillos, informa la responsable de la Unidad de Gestión Social de dicho sanatorio, Martha Blanco,

“La Policía o Bomberos trae de emergencia a personas que sufrieron algún asalto o accidente para que sean atendidas aquí. A veces esta gente al no tener dinero, se escapa”.

Blanco agrega que el 40%, 100 personas, de los pacientes de escasos recursos internados en el hospital luego suscribir una autorización (compromiso) de pago no cumple con lo pactado y huye.

“Nuestra recuperación no baja del 60% (150 internados), recuperamos bastante porque nuestra labor es bien ardua, nuestra labor es minuciosa. Tratamos y hacemos todo lo posible para que nuestra recuperación sea de más del 60%”, dijo ayer Blanco a este diario.

El Hospital de Clínicas de La Paz es público y tiene la categoría de tercer nivel por brindar al menos 32 atenciones entre médicas y de laboratorio. A este sanatorio llega, por lo general, gente de todo el departamento que no tiene un seguro de salud.

“Estas prestaciones (no canceladas) las asume el hospital, pues todas las gestiones que hacemos a través de esta unidad y de trabajo social no siempre nos dan los frutos que esperamos porque el paciente se fuga, no considera esa deuda”, explicó Blanco.

El Hospital de Clínicas, sin embargo, cuenta con el apoyo de algunas instituciones solidarias que ayudan a pagar la deuda de gente de escasos recursos. Estas entidades, sin embargo, cubren el 80% de la deuda, como máximo.

Blanco explicó que las condiciones de infraestructura y equipos del hospital no contribuyen a evitar que escapen los internados. La construcción del nosocomio data de 1920 y no cuenta con la infraestructura ni medidas para controlar de mejor manera la salida de pacientes.

Faltan, además, cámaras de seguridad y personal específico para controlar las salas de internación, dice Blanco.

Cifras

En enero de este año, el hospital autorizó 183 prestaciones con carácter provisional para gente de escasos recursos. La Unidad de Gestión Social recuperó el 76% de lo comprometido, es decir, 134 personas pagaron.

Hubo 49 pacientes (24%) que no cancelaron y escaparon del centro de salud.

Enero es considerado como un mes “flojo” en ese sanatorio debido a la poca afluencia de gente. De abril a noviembre el flujo de personas que requiere alguna atención médica es mayor, según Gestión Social.

Por ejemplo, en julio de 2011 se atendió a 251 personas con autorizaciones provisionales. De esta cantidad, 173 cancelaron lo comprometido (69%).

En cambio, 78 internados (31%) de la deuda restante huyeron. Los gastos por la asistencia de estas personas corrieron por el sanatorio.

Mecanismo

El hospital no cuenta con un mecanismo que obligue a los pacientes a pagar su deuda, aunque hasta septiembre de 2011 existía la modalidad de “pagos diferidos” que se realizaba a través de un garante personal del paciente a fin de recuperar el monto por la asistencia médica, explica Blanco.

“Esa situación existía, está en statu quo debido que en una gestión anterior se observó que los compromisos de pago se hagan por otras vías y tampoco hay demanda”, dijo la responsable de la Unidad de Gestión Social.

Vito no logra sanarse
Vito Balboa, de 54 años, fue internado el 15 de mayo en el pabellón Británico del Hospital de Clínicas, luego de ser atendido en el área de Emergencias donde ingresó por una herida en el pie derecho y que aún no le sana debido a la diabetes que tiene. Sin embargo, los médicos encontraron en el paciente otras enfermedades de tipo cardiaco que, entre otros problemas, le afectan el normal latido de su corazón.

“Mi herida se me infectó y no quisiera que me amputen el pie, tampoco enterarme de la deuda que tengo porque me afectaría a la salud y no tengo a nadie más que a mi madre que me pueda ayudar”, dijo Vito, topógrafo de profesión y que quedó sin empleo hace tres años. Comenta que su esposa e hijos lo abandonaron en La Paz a raíz de su enfermedad.

Al momento, su madre, una mujer de la tercera edad, es la única persona que lo visita de vez en cuando, porque ella vive en El Alto y es de escasos recursos, dijo una médica interna del pabellón.

La madre de Vito subsiste con el pago mensual de la Renta Dignidad. Una médica interna comenta que con este dinero, la mujer además mantiene a su esposo.

A diferencia de otras personas, Vito asegura que no huirá. “Podrían emplearme acá para pagar”, comenta. Él debe unos 1.500 bolivianos.

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