domingo, 26 de agosto de 2012

Unas 100 familias viven con el VIH

Sin miedo ni vergüenza, hombres y mujeres que viven con VIH hablan sin tapujos sobre el virus. Es una reunión donde los que asisten saben la situación del uno y del otro. Allí la discriminación no existe, sólo hay comprensión y ayuda.

Se trata de Vivo en Familia, un programa que ha sido creado para trabajar con los grupos afectados y tratar el tema con amplitud para aprender a encarar las un y mil dificultades que tienen las personas con VIH.

Son al menos 30 familias que asisten a las reuniones que organiza Luis Fernando, el coordinador del programa, quien trabaja junto al Instituto para el Desarrollo Humano (IDH) en favor de personas que la necesitan.

Vivo en Familia fue creado hace dos años y desde su inicio ha brindado respaldo a padres y madres desesperadas que, por ejemplo, no saben cómo preparar a sus hijos para comunicarles que ellos también viven con el virus.

Ahí también les asesoran cómo las familias pueden alimentarse, qué cuidados tomar en casos de accidente, cómo reaccionar ante las enfermedades oportunistas, y un sin fin información que requieren conocer.

Luis Fernando afirma que sólo en Cochabamba habrían unas cien familias que viven con VIH y que requieren de apoyo para salir adelante.

“En familia es posible hacer frente a cualquier enfermedad, para que no nos dañe más de lo que nos dañó”, dice Luis Fernando, al comentar que él y su esposa viven con el virus. Sin embargo, aclara que pese a que ambos tienen VIH, lograron tener dos niños sanos, que en la actualidad uno tiene 7 y el otro de 5 años.

La forma cómo se expresa de sus niños muestra la felicidad que siente de ser padre, y asegura sentirse una persona normal, llena de vida y de sueños.

Sin embargo, dice que como familia lleva “una doble vida”, porque dentro de su familia habla con normalidad sobre el virus, pero fuera de ella esconde su enfermedad ya que muchos no la comprenden.

“Temo que discriminen a mis hijos en la escuela sólo por el hecho que yo y mi esposa vivimos con el virus”, cuenta al agregar que en casa sus niños no saben con exactitud lo que es el VIH, pero conocen que sus padres deben tomar cada día los medicamentos antirretrovirales.

Con una sonrisa, relata cómo los pequeños le hacen recuerdo que debe tomar sus medicamentos. “Papi ya tienes que tomar tus arubas, me dicen”, comenta al agregar que ellos están al tanto que sin los fármacos “el bichito que llevo dentro puede ocasionarme algunos daños”.

Agrega que así como él, hay familias que están aprendiendo a sobrellevar la enfermedad con cuidados y con mucha información.

“El hecho de tener el virus no quiere decir que vivamos aislados, más al contrario debemos aprender a vivir bien y como cualquier ser humano”, añade.

Por su lado, el coordinador del subprograma de Derechos Humanos, Daniel Ruiz, indica que es fundamental que la familia se involucre y despeje los miedos que tiene a la enfermedad para que juntos salgan adelante.

SE ACABAN

LOS FÁRMACOS

Una de las preocupaciones que tiene Luis Fernando, es que dentro de poco se termine la donación de medicamentos antirretrovirales que el Fondo Mundial entrega al país.

Afirma que , por ahora, los antirretrovirales están garantizados para todas las personas con VIH que lo requieren. Sin embargo, existe ya la advertencia que de aquí a unos dos años, la donación termine.

Ante este riesgo, apela a las autoridades del Estado sensibilizarse con este sector de la población, que a más de medicamentos necesita mayor apoyo y acceso a los servicios de salud.

En ese marco, el secretario nacional de la Red de Personas con VIH y SIDA de Bolivia, Redbol, William Montaño, informa que se han iniciado gestiones para que desde el 2013 los municipios incorporen en su Programa Operativo Anual (POA), un presupuesto destinado a labores preventivas y educativas. Lo mismo esperan lograr de las gobernaciones, quienes también deben brindar apoyo a las más de 6 mil personas que viven con el VIH en todo el país.

Explica que con apoyo es posible prevenir y detectar el virus a tiempo.

Producto de las pruebas rápidas que se realizan en los hospitales públicos a las madres embarazadas, se ha podido evitar que muchos niños adquieran el virus. Asimismo, que las mujeres que dan positivo a la prueba se sometan a tratamientos que les permita vivir y combatir a las enfermedades oportunistas.

Tanto William como Luis Fernando piden a las autoridades pensar en niños, jóvenes y adultos que viven con el virus y que requieren del apoyo para llevar una vida digna.

Asimismo, llaman a la sociedad a no temer de quienes viven con el VIH, porque como cualquier otra persona necesitan estudiar y trabajar.

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