jueves, 31 de enero de 2013

El Cáncer y la dieta

Comer bien contribuye mucho a la calidad de vida, y además de ser una necesidad física, es un placer que forma parte de nuestra vida familiar y social. Sin embargo, muchas personas que reciben un tratamiento contra el cáncer tienen problemas con la comida a causa de diversas complicaciones que la terapia puede ocasionar. Según explica el nutricionista David Ruiz, se dan cambios en la percepción del sabor, náuseas y vómitos, se producen llagas en la boca, etc. Todo ello hace difícil o desagradable para el paciente aquello que debiera ser un placer importante, comer.

Desnutrición. Según un estudio de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), citada por Ruiz, entre el 40 y el 80% de los enfermos de cáncer presenta algún grado de desnutrición en virtud del tipo de tumor, la fase de la enfermedad y el tratamiento recibido. La situación se agrava a medida que progresa la enfermedad, de modo que en las fases más avanzadas la mayoría de los pacientes, hasta un 80%, sufre malnutrición. La caquexia o pérdida acelerada de peso, en particular de masa muscular, es una complicación frecuente en los en fermos con cáncer que habitualmente se acompaña de anorexia y configura lo que se denomina el “síndrome de anorexia-caquexia”. Se presenta en alrededor del 50% de los enfermos con tumor extendido y hasta en el 80% de quienes se encuentran en fase terminal, siendo más frecuente en tumores gastrointestinales y de pulmón.

Dieta contra la pérdida de apetito. Independientemente del tipo de cáncer y del tratamiento recibido, para pensar en una dieta se tiene que analizar las reacciones del cuerpo. Por ejemplo, para quienes sufren de pérdida del apetito o anorexia, se recomienda un desayuno a base de leche entera o semidescremada, leche de soya, leche de almendras, café o cacao, con tostadas de queso fundido y nueces o mantequilla y mermelada. En el almuerzo puede optar por una sopa de carne, pescado o de verdura, y de segundo un pollo a la plancha con verduras, y para la cena tortillas de papás y queso.

Llagas en la boca. En ayunas, tome una cucharada de miel pura, se ensaliva bien y espera una hora antes del desayuno. Puede optar por leche entera, de soya o de almendra, con papillas de cereales, galletas o bizcochos caseros mojados en leche. Para el almuerzo una crema de espinaca o zapallo vienen bien, con un filete con verduras y queso. Para la cena una sopa de carne o pescado con fideos.

Alteraciones del gusto y del olfato. Para quienes sufren estas alteraciones el desayuno puede ser con un zumo de naranja con una tostada con mantequilla, o yogurt natural. Para el almuerzo sopas suaves de pescado y carne, o ensaladas mixtas con un pollo hervido o tortillas de papas frías. Para la cena unos huevos duros, está bien.

Tratamiento de las náuseas y vómitos

Es aconsejable empezar el día tomando alimentos secos, como tostadas o galletas poco aceitosas.

•Evitar los alimentos lácteos enteros, productos ácidos y zumos de frutas ácidas.
•Distribuir la alimentación en pequeñas comidas frecuentes a lo largo del día.
•Tomar bebidas y alimentos de fácil digestión y fríos.
•No mezclar en la misma comida platos calientes y fríos.
•A veces los alimentos salados se toleran mejor que los dulces.
•Evitar fritos, salsas y aderezos con vinagre.
•Cocinar preferiblemente al vapor; las carnes y pescados, a la plancha.
•Consumir alimentos de bajo contenido en grasa para vaciar el estómago más rápidamente. / SEOM

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