jueves, 3 de enero de 2013

La centenaria aspirina lucha contra el cáncer

Para la mayoría de las personas, la centenaria aspirina es todavía hoy la tableta indispensable para tomar ante una fiebre o dolor de cabeza, aunque en los últimos años ha perdido fuerza en favor de otros compuestos también muy conocidos (como el paracetamol), que ejercen la misma función con mejor asimilación.

Otros conocen de su capacidad como antiagregante plaquetario, y sus indicaciones en personas con alto riesgo de coagulación sanguínea principalmente en quienes hayan tenido un infarto agudo de miocardio.

De amplio uso en la artritis reumatoide, artrosis y otras patologías inflamatorias de las articulaciones, se estima que el fármaco, cuyo principio activo es el ácido acetil salicílico, puede prevenir distintas enfermedades, y desde hace algún tiempo se asocia con la reducción de ciertos tipos de tumores como el de colon.

Por ejemplo, un estudio divulgado este año en la revista Cáncer muestra que aquellos individuos que más, y durante más tiempo, tomaron la pastilla, más protegidos estaban frente a un diagnóstico de carcinoma basal (el cáncer de piel más habitual, y también el más benigno), carcinoma escamoso o el agresivo melanoma.

El trabajo, cuyas conclusiones no son aún definitivas, tiene a su favor el amplio número de personas evaluadas (más de 200 mil inscritas en un registro poblacional danés).

En contra, sin embargo, que no valoró la influencia de otros factores clave, como la exposición al sol de estos sujetos, o incluso qué mecanismos biológicos están detrás de esa protección.

Pastilla famosa

A pesar de ello, sus autores reconocen que la investigación abrió una nueva puerta al conocimiento sobre el papel antitumoral de la archiutilizada pastilla.

La prestigiosa publicación médica The Lancet presentó tres nuevos artículos que no sólo confirman el papel protector del medicamento, sino que avalan su utilidad en el tratamiento de otros tumores, como el de próstata, pulmón o vejiga.

Los trabajos pertenecen a la Universidad de Oxford y están dirigidos por el profesor Peter Rothwell, quien ya había establecido con anterioridad que una aspirina diaria reduce el riesgo de morir por cáncer a largo plazo.

Precisamente uno de ellos concluyó que en personas que tomaban una tableta al día se redujo en un 37% la tasa de mortalidad por neoplasias, efecto similar para hombres y mujeres. También se detectó la posibilidad de sufrir un sangrado o una hemorragia -uno de los principales peligros de su consumo- pero esto se minimizó a lo largo del tiempo.

Sin el riesgo de hemorragia, el equipo de Peter Rothwell cree que hay más razones para recomendar que se tome una aspirina diaria como fórmula para prevenir la aparición de tumores.

En tanto, los otros dos estudios ofrecieron las primeras evidencias de que el viejo medicamento es también capaz de evitar la metástasis tumoral, en particular en los casos de cáncer primario de colon, pulmón y próstata.

Más reciente, un ensayo clínico, publicado en el New England Journal of Medicine, añadió un nuevo detalle a la ya amplia gama de estudios realizados en torno a la píldora y es que la aspirina prolonga la vida de los pacientes con cáncer colorrectal que portan en sus células una mutación concreta.

Se trata de una alteración en el gen PIK3CA, presente en el 20% de los tumores de colon, y se relaciona íntimamente con procesos inflamatorios sobre los que actúa el compuesto.

A su vez, no mostró ningún beneficio en el 80 % de tumores colorrectales sin dicha alteración.

Por primera vez se observa un marcador molecular que puede ayudar a identificar cuáles de esos enfermos se van a beneficiar de esta terapia concreta, señaló uno de los autores del trabajo.

Sin embargo, pese a que hay otros muchos ensayos, su uso no acaba de generalizarse ni como tratamiento que ayuda al paciente, una vez diagnosticada la enfermedad, ni como preventivo.

Probablemente sea, entre otras causas, según lo que permiten colegir esos nuevos estudios, por sus efectos adversos.

Un invento imprescindible

No obstante, la aspirina -cuyo origen se remonta a mediados del siglo XIX- fue elegida como uno de los cinco inventos imprescindibles legados por el siglo XX.

En 1950 la aspirina entró en el libro de los récords Guinness como el medicamento más vendido.

Se estima que cada segundo que pasa es consumida por más de 2.000 personas en todo el mundo y que han circulado alrededor de 350 billones de comprimidos a lo largo de sus más de cien años de historia.

Vale destacar que en 1982 John R. Vane, farmacéutico británico, compartió el premio Nobel en Fisiología y Medicina por clarificar la forma en que actúa la aspirina.

Sus investigaciones al respecto contribuyeron a promover nuevas terapias para las enfermedades cardiacas y de los vasos sanguíneos y al desarrollo de otros medicamentos. (Prensa Latina).

La aspirinacontra los tumores

Enfermedad La aspirina reduce drásticamente la mortalidad en pacientes que tienen una de las alteraciones genéticas más comunes en el cáncer colorrectal, según una investigación de la Escuela de Medicina de Harvard.

Tratamiento La asprina es una de las terapias moleculares más baratas y eficaces contra el cáncer. Además, es capaz de evitar la extensión de un tumor a otros órganos y prevenir la temida metástasis.

Corazón Este medicamento centenario aún es una caja de sorpresas. Combate la fiebre, el dolor y la inflamación y se ha convertido también en el mejor guardián del corazón. Según la revista médica The Lancet, una aspirina diaria salva vidas al evitar obstrucciones en las arterias que pueden conducir a un infarto.

Protección El efecto protector de la aspirina y del resto de medicamentos con propiedades similares (antiinflamatorios no esteroideos) está en su poder antiinflamatorio y quizá también en su capacidad antiplaquetaria.


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