lunes, 8 de abril de 2013

Anida por años en el cuello uterino El virus que mata mujeres en silencio

Toda mujer mayor a los 22 años, sexualmente activa y que haya dado a luz uno o más hijos, es potencial víctima del cáncer de cuello uterino, informan los especialistas que en Santa Cruz, Bolivia y el mundo, estudian y tratan esta enfermedad, que nace como un virus y llega a convertirse en cáncer si no es tratado con la premura necesaria. El virus de papiloma humano de alto riesgo, pasa de uno a tres años en el cuerpo antes de manifestarse y causar problemas mayores en la salud de la mujer que lo porta. Su daño no se limita solo al útero pues suele expandirse y dañar otros órganos. El examen básico que toda mujer debe realizarse después de iniciar su etapa sexual activa es el papanicolau, los intervalos de exámenes pueden variar desde los 6 meses hasta un año, todo se ajusta a la frecuencia de las relaciones sexuales. Al ser una enfermedad de transmisión sexual que pueda afectar a la pareja, también se recomienda mantener una monogamia, como primera medida, y el uso de preservativos, que no garantizan del todo las posibilidades de enfermar o transmitir el virus, que a través de las manos, la lengua y artefactos utilizados para el estímulo sexual, pueden ser medios transmisores.

El accesos a la medicina y la información. Al hospital Oncológico de la ciudad de Santa Cruz, llegan todo tipo de casos de cáncer, entre ellos las mujeres que se ven afectadas por el cáncer de cuello uterino. Este centro médico asiste casos de personas de escasos recursos principalmente, y entre ellos se puede afirmar de alguna manera, que se trata de pacientes que antes de esa etapa crítica que están viviendo, no consiguieron acceder a tratamientos anteriores de prevención o en algunos casos se trata de la falta de información, que van de la mano de la idiosincrasia de algunas sociedades, etnias, principalmente en zonas rurales, donde la visita a un ginecólogo es mal vista, rechazada o en muchos casos se conoce que no existen profesionales que atiendan enfermedades ligadas al sexo femenino. Los médicos declaran que toda mujer después de cumplidos los 12 a 13 años de edad, debe asistir a controles anuales con especialistas, más aún cuando se inicia la etapa sexualmente activa y con mayor frecuencia después de los 22 años de edad o cuando la mujer ya es madre. “La educación es uno de los puntos más importantes para la prevención de las enfermedades”, asegura el médico patólogo, Rony Colanzi Zeballos. “Si una mujer no tiene ninguna anormalidad hasta sus 30 años tiene la obligatoriedad de hacerse esta prueba de detección del papiloma humano, para realizar un control, seguimiento y detección a tiempo del cáncer, cuando esté en su etapa más temprana. Si es negativo la mujer tiene 3 años libres de ningún tipo de control, pero si resulta positivo se deben realizar controles periódicos todos los años y el papanicolau, que son pruebas co-relacionadas, por eso se llaman co-pruebas, porque van juntas y entre las dos se logra determinar el 90% de sensibilidad de la prueba, de no ser así y realizar un solo examen, las probabilidad de detectar anomalías es de un 30 a 20%”, asegura el experto.

El acceso a la medicina y las políticas de estado sobre la salud. En algunos países de Latinoamérica se suministra una inyección (Gardasil o Cervarix) desde los 12 años de edad, que evita el desarrollo de los virus del papiloma humano 16 y 18, principales causantes del cáncer. En Bolivia esta dosis solo se suministra a algunas mujeres del occidente, donde el índice de cáncer es mayor, en el resto del país existe un vacío en el sistema de salud, pues la inyección no es dotada con regularidad, la última campaña se dio el 2011. En nuestro medio esta medicina tiene un costo de 1.543 bolivianos y por ello solo se vende por pedido. El elevado costo limita el acceso de esta medicina a muchas mujeres bolivianas.

Cuánto conocen las mujeres sobre el cáncer de cuello uterino. "Las mujeres de escasos recursos y que viven en zonas alejadas no conocen mucho sobre el tema y tampoco tienen a su alcance información que le sea útil para tener una vida más saludable. Ninfa Jiménez es una señora de 67 años de edad quien luego de ser consultada sobre cuál es su conocimiento sobre el cáncer del cuello uterino responde que “no conozco nada, no sé de qué se trata”, sobre esa respuesta se consulta se realiza exámenes periódicos o si visita un médico ginecólogo, responde que “voy al ginecólogo solo cuando tengo dolores”, estas respuestas son un síntoma claro de la falta de información y acceso a servicios de salud en personas de recursos limitados y que moran en barrios periféricos de la ciudad. María Luisa Matías (51) dice conocer “un poco” sobre el tema y que realiza visitas a su médico “cada vez que puedo y tengo tiempo de venir al centro voy al médico”. Ambos casos se trata de mujeres mayores y que han sido madre en más de tres ocasiones; sin embargo, luego de pasar la barrera de los 30 años, no acudieron a los controles de los especialistas, como sugiere el doctor Rony Colanzi. Nancy Rodas es una joven madre de 30 años de edad y que asegura “mi ginecólogo me dice que entre dos a tres veces por año lo visite”, comenta.

Elsa Ramos (53) tiene acceso a controles ginecológicos, y si bien no le han diagnosticado el virus de papiloma humano, no se realizó ninguna prueba especializada, como la ofertada en la campaña de laboratorios Catedral.

Información
Pruebas de Papiloma Humano y el Papanicolau

La prueba del papanicolau También conocida como la prueba Pap o examen de citología, es una manera de examinar células recolectadas del cuello uterino y la vagina. Esta prueba puede mostrar la presencia de infección, inflamación, células anormales, o cáncer.

En un examen pélvico, el médico, por lo general ginecólogo, palpa el útero (matriz), la vagina, los ovarios, las trompas de Falopio, la vejiga y el recto, con el propósito de encontrar cualquier anormalidad en su forma o tamaño. Durante el examen pélvico, se utiliza un instrumento conocido como espéculo para ensanchar la vagina de tal manera que la parte superior de la vagina y el cuello uterino puedan ser vistos.

El papiloma humano. Casi todas las personas sexualmente activas contraerán VPH en algún momento de sus vidas, aunque en la mayoría de los casos no lo sabrán porque el VPH por lo general no presenta signos o síntomas. Existen unos 40 tipos de VPH genital. En la mayoría de los casos el VPH desaparece por sí solo sin causar ningún problema de salud. Se cree que el sistema inmunitario se defiende en forma natural de una infección por VPH. Algunas veces el VPH no se va por sí solo. Algunos tipos de VPH pueden causar verrugas genitales. Otros tipos de VPH (llamados “de alto riesgo”) pueden producir cambios en las células del cuello uterino de la mujer, lo que con el tiempo podría derivar en un cáncer de cuello uterino. Los tipos de VPH que pueden causar verrugas genitales son distintos a los que pueden causar cáncer. Este examen puede detectar cambios en las células del cuello uterino (causados por el VPH). A esta prueba también se le conoce como prueba del VPH de alto riesgo. Con esta prueba se pueden detectar los tipos del VPH que pueden estar relacionados con el cáncer de cuello uterino. Su médico puede utilizar esta prueba para decidir cuándo se le debe practicar la próxima prueba de Papanicolau y si es necesario realizarle otras pruebas. Un resultado positivo en la prueba del VPH significa que usted tiene VPH en el cuello uterino. Esto no quiere decir que usted tiene o que va a tener cáncer de cuello uterino. Pero podría significar que tiene más probabilidades de que sus células cambien, lo que con el tiempo podría derivar en un cáncer de cuello uterino. Internet.

Punto de vista

Rony Colanzi
Médico Patólogo

"Se debe tomar conciencia sobre la enfermedad"

Existe la idiosincrasia de los maridos, las parejas que viven en zonas rurales, alejadas de la ciudad, los hombres se niegan a que sus parejas se realicen este tipo de pruebas y exámenes, además que se suma el problema de la falta de profesionales en las zonas alejadas, que puedan realizar esta tarea. En la ciudad hay mayor conciencia por temas educativos, los medios de comunicación colaboran en la tarea de difusión de la información y del desarrollo de las campañas preventivas, el rol de los medios de comunicación en la salud es clave, como médico no encuentro la solución a las enfermedades, que no sea la información, el tomar conciencia de que algo me hace mal y debo limitarlo. En el hogar deben tomar conciencia de que si no acude a las campañas, a realizarse las pruebas existe la probabilidad de que contraiga la enfermedad, adquiera el cáncer y muera. En la ciudad la probabilidad de que una mujer acuda al medico es de un 60 a 70%, en el campo se reduce al 30%. Si se oferta una prueba a nivel nacional la incidencia no supera el 30%, si esta campaña es local sube a un 70%. Se oferta la prueba de captura de híbridos 2.

Las políticas de gobierno en todas sus instancias deben resolver estos temas, pero no se trata solo con dotar las inyecciones, también está el tema educativo, en el hogar el tema debe ser dialogado, el hombre debe proporcionar los medios para que su pareja pueda acudir al ginecólogo.

El cáncer de cuello uterino es el de mayor importancia entre las mujeres bolivianas, es el primer cáncer en incidencia, aproximadamente 60 de cada 100.000 mujeres tienen este cáncer a lo largo de un año, y la tasa de mortalidad es de 30 a 35 mujeres por cada 100.000, lo que significa entre 3 a 5 mujeres que mueren día por día en Bolivia. Considerando que los países desarrollados ya superaron este problema, la incidencia es mínima, porque tienen la educación, recursos y tecnología suficiente para poder prever la primer etapa y no llegar a la etapa de cáncer avanzado. En esta etapa ocurre en una mujeres entre los 40 a 50 años, una mujer no se da cuenta que tiene el cáncer hasta esta edad, siempre y cuando antes no haya realizado ningún tipo de estudio, no siente síntomas y a esta edad, los 40, empiezan el sangrado, dolores y esos síntomas son señal de que el cáncer ha penetrado, ha invadido otros tejidos y llego a otros órganos distantes, a estas alturas se trata de una metástasis y realizar tratamientos en esta etapa son muy costosos y peligrosos y se aumenta el porcentaje y posibilidad de muerte.

Hay dos edades que de alguna manera determinan el control, a partir de los 21 la mujer tiene la posibilidad de realizar exámenes del papanicolau y se debe realizar cada tres años. Cualquier anormalidad que registre el papanicolau, o sea encontrar una lesión intermedia que se llama ASCUS (ASCUS es un acrónimo utilizado en medicina para designar uno de los resultados posibles tras una prueba de citología de cérvix o prueba de Papanicolau), una lesión de bajo o alto grado, así es como se determina citológicamente, si ocurre uno de esos cambios en la célula, la mujer debe acudir a un otro procedimiento muy sensible que empieza a verificar si esos cambios son producidos de alto riesgo que se llaman los papilomas humanos. Los virus de alto riesgo son el 16 y 18.

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