Se sabía que afectaba a los neonatos, pero hasta ahora no se había vinculado con afecciones cardíacas en adultos. Los anticuerpos Anti-Ro pasaban de la madre al feto por medio de la placenta, y podían bloquear el corazón de los recién nacidos. Este tipo de anticuerpo ataca tejidos del propio cuerpo en las enfermedades reumáticas.
En los adultos no se había mostrado ninguna relación entre estos anticuerpos y el funcionamiento cardíaco incorrecto. Hasta que un grupo de investigadores de Cardiología, Reumatología e Inmunología del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol comenzaron a investigar a una paciente de 26 años, que llegó al hospital con un síncope. Es decir, ingresó con una pérdida súbita y transitoria de la consciencia como consecuencia de un bloqueo de la conducción de los estímulos eléctricos del corazón (latido y bombeo de la sangre).
Se le examinó y se descartaron las causas más frecuentes: envejecimiento del órgano, un infarto de miocardio o una cirugía cardiaca. En el mundo se han descrito cerca de veinte casos en los que anticuerpos Anti-Ro afectan el corazón de personas adultas, llegando a provocar bloqueo cardiaco y síncope.
Así que los médicos comprobaron que era portadora de Anti-Ro y le hicieron un estudio de la actividad eléctrica del corazón mediante la introducción de un catéter por la vena femoral. El resultado, publicado en la revista New England Journal of Medicine, es que concretaron por primera vez en qué parte del corazón los Anti-Ro afectaban y cómo un tratamiento adecuado hacía que este bloqueo fuera reversible. ¿La importancia? Que los pacientes con esta dolencia no necesitan llevar marcapasos.
Tratamiento con inmunosupresores
La reumatóloga Melania Martínez-Morillo y los cardiólogos Irene Santos-Pardo, Roger Villuendas y Antoni Bayés-Genís, jefe del servicio de Cardiología de Germans Trias y presidente de la Societat Catalana de Cardiología implantaron, por si acaso, un marcapasos a la paciente para asegurar el correcto funcionamiento de su corazón, pero decidieron tratarla con fármacos inmunosupresores, ya que este es el tratamiento indicado cuando se producen los brotes en las enfermedades reumáticas, como el caso de los Anti-Ro.
Año y medio después, la paciente no ha necesitado el marcapasos desde que se le implantó. El reto ahora es determinar de manera sistemática la presencia o ausencia de anticuerpos Anti-Ro en todos los pacientes que ingresen con un síncope, quienes podrían evitar la implantación de un marcapasos a cambio de un tratamiento para los anticuerpos.
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