domingo, 23 de junio de 2013

Por necesidad, crean prótesis con ollas, fierros y troncos



La necesidad económica obliga a las personas con discapacidad a ser creativas y a fabricar sus propias prótesis, que son elaboradas con lo que encuentran. Ollas de aluminio, troncos y fierros de todo tamaño son los materiales más utilizados.

Hace un par de años, en Oruro, un tren arrolló y arrancó la pierna derecha de Graciela Humérez, quien había resbalado en el lugar a causa de la lluvia y por tratar de cobijar su mercadería. Al ser el comercio su fuente de ingreso para alimentar a sus tres hijos, ella se vio obligada a seguir adelante y darse modos para mantenerse de pie, además de caminar.

El dinero no le alcanzaba para comprar una prótesis, que usualmente cuesta entre $us 1.500 a $us 6.000, y fue entonces que decidió fabricarla ella misma utilizando una olla de aluminio que cabía en lo que quedó de su pierna. Luego, adecuó troncos de madera para el largo del miembro.

Después, talló otro pedazo de madera en forma de un pie y envolvió con vendas y medias toda la prótesis artesanal, para luego colocar cuerdas que sujetaban su cuerpo. La creatividad de Humérez la ayudó a continuar en el comercio y a sentirse útil para su familia.

Casos similares llegan continuamente al centro de miembros artificiales Mattew Pepe, del Rotary Club La Paz San Pedro, institución que dotó, sin costo alguno, una prótesis más cómoda a Humérez y a otras 140 personas, en tres años de su funcionamiento.

La gerente del centro, Ivonne Evia, contó que otro de sus pacientes llegó con un fierro cubierto con trapos e introducido en un zapato. En la parte superior fue colocado un objeto oblicuo que sostenía la pierna.

Creatividad. “Hemos recibido a muchas personas que nos sorprendieron con sus prótesis elaboradas con ollas, troncos, tubos de cañería y fierros. Todos ellos nos contaron que la necesidad de trabajar los obliga a ser creativos y volver a caminar a como dé lugar”, manifestó Evia.

Explicó que la situación emocional de estas personas es muy delicada, pues muchos incluso piensan en el suicidio al considerarse inútiles y una carga para el resto de su vida. Por eso en el centro se les da también una atención psicológica para que comprendan que pueden llevar una vida normal con la ayuda de miembros artificiales, aseguró.

Cuando este medio visitó el centro, Ignacia Arancibia, de 63 años, se medía sus nuevas prótesis y caminaba para “amoldarlas”. Ella contó que lleva una vida normal gracias a los miembros artificiales que le fueron colocados a sus 18 años, pues 10 años antes otro tren en Oruro también le quitó parte de sus dos piernas. Evia indicó que el 50% de sus pacientes aseguró haber perdido un miembro a causa de accidentes y el otro 50% como consecuencia de la diabetes.

Un extranjero logra recursos

El centro lleva el nombre de uno de sus principales benefactores, Mattew Pepe, un estadounidense que gestiona recursos para dotar las prótesis. “Bolivia tiene gente hermosa y me gusta trabajar con ellos, por eso decidí apoyar este centro y buscar donadores desde Estados Unidos”, expresó Pepe desde Florida, Estados Unidos, en contacto telefónico.

Además de los fondos económicos, Pepe gestiona la visita al país de voluntarios que conozcan sobre implantes artificiales. En el actual periodo son los ingenieros Beckie Irons y Justin Rice los que ayudan en el centro. Ivonne Evia resaltó que la institución está dispuesta a ayudar a las personas con escasos recursos. La próxima meta es fabricar brazos artificiales.

Los pasos para la dotación

Evaluación

Las personas interesadas llegan al centro y deben ser evaluadas por el médico del lugar y, posterior a ello, a un análisis socioeconómico.

Ayuda

El centro entrega las prótesis sin costo alguno como ayuda social, pero los pacientes son libres de colaborar.


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