jueves, 7 de agosto de 2014

Osteoporosis, una enfermedad ósea común

Se caracteriza por un aligeramiento de algunas partes de los huesos, los cuales se vuelven frágiles y sujetos a fracturas. Es importante protegerse óptimamente y evitar las caídas recurrentes.
6 formas de prevenirla

precauciones

Es posible prevenir las caídas para evitar riesgos de fracturas. Utiliza zapatos con suelas amplias. Asimismo, es preferible bañarse en una ducha en vez de una tina e instalar barandillas de apoyo en la misma. Limita el uso de alfombras y evita caminar sobre las superficies resbalosas. No dudes en apoyarte sobre un bastón, ilumina tu hogar de manera óptima y utiliza lentes de corrección visual si es necesario.

deporte

La inactividad física es un factor de riesgo mayor de la osteoporosis. El deporte permite preservar el capital óseo aumentando la fijación de calcio, además de mantener la fuerza muscular y el equilibrio, lo que contribuye a disminuir las caídas. Por lo tanto, se debe practicar una actividad deportiva en todas las edades. No tiene que ser necesariamente una actividad física intensa. Puedes caminar o subir las gradas a pie. Asimismo, durante la menopausia, el ejercicio frena la disminución de la masa ósea.

calcio

Participa en la construcción de los huesos tanto durante el periodo de crecimiento como en la edad adulta. Una alimentación equilibrada con productos lácteos cubre en la mayoría de los casos las necesidades diarias en calcio. Se recomienda consumir un vaso de leche antes de acostarse, ya que la renovación ósea se realiza principalmente durante la noche. Generalmente, cuando una persona se alimenta de manera equilibrada, no es necesario recurrir a la ingesta de complementos alimenticios ricos en calcio.

alcohol

y tabaquismo

El consumo de alcohol y tabaco disminuyen las capacidades respiratorias de una persona. Esto reduce considerablemente la actividad física e incrementa los riesgos de desarrollar osteoporosis. El tabaquismo perturba la absorción de calcio que proviene de la alimentación, el cual es esencial en la construcción de los huesos. En cuanto al alcohol, inhibe los osteoblastos, los cuales son células que permiten construir los huesos. Asimismo, reduce las cantidades de hormonas sexuales, lo que contribuye a fragilizar los huesos.

peso

Un peso inferior a lo normal se correlaciona a un riesgo mayor de sufrir de osteoporosis y fractura espontánea. Esto es debido a la disminución de la masa muscular y capacidad física. En las mujeres anoréxicas, se observa también una reducción de los estrógenos. Asimismo, el sobrepeso debilita la fortaleza de los huesos. Por lo tanto, es primordial cuidarse, adoptar una alimentación sana y realizar deporte a diario. No dudes en pedir consejos a tu médico o a un nutricionista.

vitamina D

Juega un rol de suma importancia, ya que permite la extracción óptima del calcio en nuestra alimentación. Las reservas de vitamina D en el cuerpo se realizan durante todo el año con la exposición a la luz natural. Por lo tanto, es necesario caminar al aire libre. Sin embargo, existen casos en los cuales el cuerpo no logra sustentar sus necesidades y se debe ingerir un suplemento de vitamina D. No dudes en pedir consejos a tu médico.

LA ENFERMEDAD SILENCIOSA Y METABÓLICA DE LOS HUESOS

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Alfredo Villarroel Goytia

Ginecólogo - Obstetra



La osteoporosis es una enfermedad multifactorial que afecta más a mujeres, pero también está presente en los hombres. Se considera la afección metabólica más prominente, ya que perjudica al 35 por ciento de las mujeres mayores de 50 años y entre 30 a 40 por ciento luego de la menopausia. De hecho, es ocho veces más frecuente en la mujer.

Se clasifica en osteoporosis de Tipo I la postmenopáusica y la Tipo II que es la senil, recurrente en

mayores de 70 años. Esta afección se asocia a otras enfermedades alimentarias como baja ingesta de calcio, dieta rica en proteínas, déficit de vitamina D o bloqueadores de la absorción de calcio. Asimismo, se da por otras causas como el síndrome de malabsorción, diabetes, historia familiar, menopausia regular y precoz, periodos largos sin menstruación (amenorreas), pequeña estatura con bajo peso; además de una dieta pobre en calcio, mujeres fumadoras, alcoholismo, sedentarismo, edad avanzada y uso prolongado de medicamentos como anticonvulsivantes, corticoides y hormonas tiroideas.

El pico máximo de masa ósea depende del aporte de calcio, a mayor pico menor riesgo de fracturas. Éste se logra a los 35 años de edad, luego se empieza a gastar el calcio que se ha guardado. A esta edad, nuestro hueso se jubila y tenemos que vivir de las rentas del capital acumulado durante el resto de nuestras vidas. Por lo tanto, cuanto mayor sea la masa ósea acumulada en la edad adulta, más difícil será desarrollar osteoporosis.

A la osteoporosis se la ha llamado “la enfermedad silenciosa” porque no da síntomas, hasta que no aparecen las fracturas asociadas a la edad y a la postmenopausia en presencia de bajo contenido mineral óseo.

El 30 por ciento de las fracturas vertebrales se ubican a nivel dorsal y por las mismas se produce una disminución de la talla por acuñamiento y aplastamiento de las vértebras (se pierde casi 1 a 2 centímetros), dando la famosa “Joroba de Viuda”. Otra fractura que se produce es la de “Colles” en el extremo distal del antebrazo y la fractura del cuello del fémur que merece hospitalización, cirugía y prótesis de cadera.

La prevención es muy importante, ya que se debe formar una masa ósea adecuada desde la niñez hasta llegar al pico de masa ósea que sea de un valor significativo y permita en la edad adulta la conservación de la misma, en especial en la mujer durante la menopausia, ya que va a sufrir una depleción de estrógenos por disminución de la capacidad ovárica de aporte hormonal. Con el tiempo los mismos entran en una etapa de senescencia, que va a influir en la función de conservación del hueso de la paciente.

Es importante mencionar la nutrición adecuada en todas las edades y fundamentalmente el ejercicio, ya que si se crea una buena masa muscular se exige al organismo a tener un buen hueso.

El diagnóstico de la osteoporosis se realiza solicitando una densitometría ósea para evaluar la Densidad Mineral Ósea (DMO) donde se valora la T Score que compara a la población de la misma edad y sexo. Además, se efectúa una valoración de la columna dorso lumbar y del cuello femoral. Se presentan los valores normales hasta -1, Osteopenia de -1 a -2.5, Osteoporosis -2.5 o más y Osteoporosis con mayor riesgo de fractura -3.

En el tratamiento los fármacos que se emplean en la actualidad consiguen detener la reabsorción ósea entre los que se encuentran: los estrógenos, calcitoninas, bifosfonatos, alendronatos, risendronatos, además de calcio y vitamina D.


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