lunes, 22 de junio de 2015

Várices: causas, síntomas y tratamientos

ADEMÁS DE SER ANTIESTÉTICAS, PUEDEN OCASIONAR MOLESTIAS Y COMPLICACIONES | CADA PACIENTE DEBE SER EVALUADO PARA SABER QUÉ TRATAMIENTO REQUIERE. EN COCHABAMBA PRONTO SE REALIZARÁN MÉTODOS MÍNIMAMENTE INVASIVOS.

Las várices son más frecuentes en mujeres, pero se sabe que después de los 50 años, prácticamente una de cada dos personas tendrá algún grado de insuficiencia venosa. Pueden ser también hereditarias, ya que si los padres tienen várices, casi el 90 por ciento de los hijos las tendrán; o si el padre o la madre tienen varices, alrededor del 50 por ciento las heredaran, sobre todo las hijas mujeres. Asimismo se sabe que es más frecuente en personas de raza blanca. Aunque, por lo general, las várices no ponen en riesgo la vida del paciente, sí puede afectar seriamente su calidad de vida, sobre todo si no se acude con un especialista.

“Las varices muy voluminosas pueden complicarse con la aparición de dermatitis ocre y ésta derivar en ulceras, que son muy dolorosas y de difícil y muy largo tratamiento. Una de las complicaciones más temidas es la trombosis venosa superficial, mal llamada flebitis, que es la formación de coágulos en las venas, propiciada por el estancamiento de la sangre en las venas. Si el paciente no se trata, en algún momento, desarrollará alguna complicación. Lamentablemente, no es raro ver pacientes que consultan con ulceras que llevan hasta algunos años, con terapias empíricas o mal llevadas. La piel de las piernas puede tornarse atrófica, muy delgada o hipertrófica, gruesa, con fibrosis”, explica Carlos Brockmann, cirujano Cardiovascular y Torácico del Hospital Belga.



¿QUÉ SON LAS VÁRICES?

Las varices son dilataciones venosas, que se observan en la piel. Es muy frecuente verlas en las pantorrillas. Normalmente, las venas tienen en su interior unas muy delgadas válvulas, que permiten el flujo de la sangre en un sólo sentido. Así, la sangre en las venas de las piernas circula de abajo hacia arriba y de afuera hacia adentro.

Es decir, el 90 por ciento de la sangre de las piernas, circula por las venas profundas (las que están alrededor de los músculos) y tan solo 10 por ciento por las venas superficiales. La circulación está asegurada por la contracción rítmica de los músculos de las pantorrillas, que “masajean” las venas para que su vaciado sea eficaz. La insuficiencia de las válvulas, ósea una falla en el cierre de las válvulas, lleva a la dilatación de las venas por debajo de la válvula enferma, explica el especialista. Las paredes de los vasos sanguíneos, tanto arterias como venas, están compuestas de tres capas, siendo una de ellas una capa muscular. La capa muscular de las venas es muy delgada y por tanto propensa a dilatación si las válvulas son insuficientes.

“Por el tamaño que presenten, se las puede además clasificar en tres: Telangiectasias, también llamadas arañas venosas, estas miden menos de 1 mm de diámetro y pueden traducir una enfermedad venosa profunda. Reticulares, miden hasta 3 mm, se asocian a venas perfornates o insuficiencia de los troncos principales. Varices tronculares, que son las que se derivan de la insuficiencia de las válvulas en las venas safenas. Existen tres tipos de varices por su localización: en las piernas (las más frecuentes), hemorroides o en la vulva vaginal y varicocele en el varón”, dice Brockamann.



FACTORES DE RIESGO

Además de los factores hereditarios ya mencionados, el especialista asegura que también la bipedestación, o el realizar un trabajo de sentado o parado por largas jornadas, hace que la presión en las venas aumente y se dilaten.



Los embarazos, por presión del útero sobre las venas en la pelvis también y la exposición al calor, como saunas, baños termales, calor directo, hace que los músculos de las venas se relajen demasiado y la insuficiencia aumente.

“Por otro lado, un capítulo importante es la obesidad, por aunque los músculos de las pantorrillas funcionen bien, la presión de tener que empujar la sangre a un cuerpo “grande” hace que las válvulas se rindan”, explica.

También como factores de riesgo están el pujar por estreñimiento crónico y problemas en la columna vertebral, por la mala postura y deficiencia en la marcha.



SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

Pesadez vesperal frecuentemente confundida con dolor. “La descripción clásica que dan los pacientes es la de cansancio, con un dolor que no es dolor”, dice.

Edema periférico o hinchazón de pies y tobillos hacia la noche. “Algunas veces la molestia del zapato que aprieta al final de la tarde es signo de este edema”, asegura.

Urticaria alrededor de las venas dilatas

Sequedad de la piel.

Calambres, frecuentemente nocturnos o al amanecer.

Calor en la planta de los pies, como manifestación de una neuropatía periférica, por dilatación de las vénulas alrededor de los nervios periféricos.

Coloración obscura de la piel, alrededor de tobillos.

“El diagnóstico es principalmente clínico. La presencia de síntomas sugerentes, más la mención del paciente, que de entrada en la consulta dice “tengo varices”. El hallazgo de las varices al examinar al paciente es definitivo. Sin embargo, todo paciente que tiene varices, debe ser estudiado. Una ecografía doppler venosa es mandatoria. Ésta aporta información esencial para el tratamiento”, dice el especialista.



¿SE PUEDE PREVENIR?

Se pueden adoptar medidas para prevenir su aparición, aunque en general no es tarea fácil, ya que al ser una patología tan común, en la mayoría de los casos da síntomas discretos y bien tolerados.

“Se deba hacer deporte, aeróbico; caminar, nadar, saltar, bailar y hacer bicicleta, son recomendables”, dice Brockmann a tiempo de señalar otras medidas como:

Estar siempre bien hidratado.

Prevenir el exceso de peso.

Dormir con las piernas elevadas, que estas estén unos 10 cm por encima de la cabeza. Luego de la ducha caliente, darse una duche fría a las piernas.

Evitar estar sentado o parado por largos periodos.

No usar ropa muy ajustada.

Evitar usar tacones altos, ya que éstos eliminan el efecto de masaje de los músculos de las pantorrillas sobre las venas.

Evitar tomas café, ya que deshidrata discretamente.

Cuidarse del calor, en todas sus formas (saunas, baños termales, duchas muy calientes y sol excesivo).



TRATAMIENTOS DISPONIBLES

“El tratamiento está enfocado a aliviar los síntomas y evitar que el trastorno vaya a más, puesto que, en principio, no tiene cura. Así, no existe tratamiento médico posible. Si bien hay varios medicamentos en el mercado, éstos sólo controlan de alguna manera los síntomas, no así la enfermedad”, dice Brockmann.

Un pilar muy importante en el tratamiento es el uso de medias de varices. Éstas son de distinto grado de compresión, dependiendo en la patología y síntomas del paciente.

“El reto de la terapia que se vaya a elegir, está en el control de los troncos enfermos, para evitar recidivas, ya que las venas en las piernas forman un sistema en forma de red. El tipo de varices que porte el paciente, determina la terapia a elegir. Las varices aisladas y pequeñas, pueden ser tratadas por esclerosis, que es la inyección de productos irritativos en la venas, para que esta se cierre o bien por microcirugía”, dice. La terapia clásica es la cirugía, pero ésta es dolorosa, deja varias cicatrices y postrado al paciente durante algunos días. Esta forma de tratamiento está siendo sustituida por otros métodos mínimamente invasivos, como la cirugía de Laser o la Radiofrecuencia.

“Ambas técnicas consisten en utilizar calor local, por dentro de la vena, para cauterizarlas y así enviar la sangre a venas sanas de forma inmediata. Algunas de estas técnicas ya se realizan en La Paz y Santa Cruz y ahora estarán disponibles en muy corto tiempo en nuestra ciudad”, asegura el especialista.

Cada mencionar que cada paciente tiene indicaciones específicas de tratamiento y no es raro tener que aplicar más de un método en una sola pierna. Por lo tanto, una consulta con el especialista dará respuestas a todas las interrogantes; pero tal vez lo más importante, ayudara a poner orden en una pierna molesta, hinchada y que puede limitar las actividades del paciente.

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