jueves, 24 de septiembre de 2015

Las inquietantes crisis febriles

Las crisis febriles, también llamadas convulsiones febriles, son eventos convulsivos que suelen ser frecuentes en los niños de edad preescolar. Generalmente, afectan al 5 por ciento de los pequeños que tienen entre 5 meses y 5 años. En la mayoría de los casos, no son inducidas por problemas neurológicos. De hecho, las infecciones virales pueden ocasionar una subida brusca de la temperatura corporal, lo que ocasiona las convulsiones febriles. Asimismo, los casos benignos (cuando las convulsiones febriles no son causadas por patologías severas) pueden ser provocados por factores hereditarios. Esto significa que los niños que tienen familiares que han sufrido estos tipos de crisis durante su infancia son propicios a padecerlas.

Los síntomas son muy inquietantes, ya que el pequeño pierde la conciencia, empieza a tener una respiración entrecortada y pone los ojos en blanco. Asimismo, sus brazos y piernas presentan rigidez y espasmos musculares.

4 Reacciones recomendadas

Calma

Es indispensable que los padres mantengan la calma cuando su hijo sufre una convulsión febril para evitar potenciales daños. En primer lugar, debes alejar los objetos peligrosos que se encuentran a proximidad del niño y pueden ocasionarle heridas (cuchillos, piezas punzantes, entre otros). Asimismo, no intentes parar los espasmos. Coloca una almohada debajo de su cabeza y gírala hacia un lado para que pueda expulsar los líquidos presentes en su boca sin ahogarse. Si el niño utiliza lentes, sácalos, ya que podrían romperse y dañar sus ojos.

A posteriori

Debes llevar a tu hijo al médico una vez que ha recuperado la conciencia. Es esencial destacar que luego de una convulsión febril, el pequeño suele estar confundido y soñoliento. No esperes que se recupere totalmente y acude de inmediato al doctor. Asimismo, no puedes ofrecerle agua, comida o medicamentos sin estar seguro que la crisis haya finalizado por completo. Toma en cuenta que si la convulsión febril dura más de 10 minutos, debes llamar a una ambulancia.

MÉDICO

Cuando lleves a tu hijo al médico, el profesional debe pedirte que le expliques en detalles la crisis que ha sufrido el pequeño y su duración. Luego, lo auscultará. Es necesario realizar diferentes tipos de análisis para asegurarse que ninguna patología neurológica engendra las convulsiones febriles y que son causadas por una afección benigna (infección viral, por ejemplo). Una vez que el doctor finaliza la auscultación, suele prescribir medicamentos para disminuir la fiebre. Es importante que nunca automediques al menor, ya que podrías crearle resistencia y daños diversos.

HOSPITAL

Si la convulsión febril persiste luego de 10 minutos, debes llamar a una ambulancia para que lleve a tu hijo al hospital, ya que las crisis largas suelen ser causadas por patologías severas. En el centro hospitalario, se realizan estudios profundos para detectar el causante de las crisis e iniciar un tratamiento. Generalmente, el médico hospitaliza al pequeño para mantenerlo en observación hasta obtener los resultados de los análisis efectuados.

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