domingo, 25 de octubre de 2015

Rosácea, una afección frecuente

AÚN NO SE HA ENCONTRADO UNA CURA DEFINITIVA, PERO SÍ EXISTEN TRATAMIENTOS EFECTIVOS | ES IMPORTANTE IDENTIFICAR Y EVITAR LOS FACTORES DESENCADENANTES Y SE PUEDEN ADOPTAR MEDIDAS QUE SON DE GRAN AYUDA.

La rosácea, antes llamada acné rosácea (similar al acné juvenil), es una enfermedad de la piel de tipo inflamatoria, recurrente, crónica y que no sólo afecta la cara sino también los ojos, explica la Dra. Coral Ruiz Soliz, médica dermatóloga de la Clínica los Olivos.

La rosácea no es una enfermedad maligna, infecciosa ni mucho menos que comprometa la vida del paciente pero influye en la calidad de su vida psicosocial.

“Desde el punto de vista estético, si la rosácea no es manejada adecuadamente podría poco a poco deformar el rostro con agrandamiento de ciertas áreas faciales (rinofima, mentofima, otofima,etc.) y requerir una cirugía posteriormente”, asegura la especialista.

La rosácea continúan siendo un misterio y la causa sigue siendo desconocida, pero si se sabe que existen personas predispuestas a padecer esta enfermedad (piel clara, fácil rubor, historia familiar, sexo femenino, menopausia, etc.) y otro aspecto importante son los factores desencadenantes.

“Intervienen muchos factores que terminan dilatando los vasos sanguíneos de la piel de la cara, los mismos pueden ser internos (predisposición genética) o externos como el estrés, consumo de alcohol, ejercicios de alto impacto, comidas picantes o demasiado condimentadas, quemaduras solares, calor, la presencia de parásitos (Demodex folliculorum) y ciertos medicamentos”, dice Ruiz.



SÍNTOMAS

La Dra. Ruiz asegura que la cara roja es muy frecuente en nuestra población, pero existen muchos otros signos (visibles) y síntomas (lo que una persona siente) que el paciente presenta cuando se trata de rosácea. Con estos signos y síntomas el especialista puede clasificar en cuatro tipos de rosácea.



Tipo 1: Enrojecimiento facial

Flushing (calor en la cara)

Cara roja

Vasos sanguíneos visibles (telangiectasias)

Piel hinchada, sensible, seca, áspera o descamativa

La piel puede picar y quemar



Tipo 2: Brotes similares al acné

Símil al acné con brotes que tienden a aparecer y desaparecer

Piel grasosa y mucho más sensible

Tipo 3: Piel con engrosamiento

Piel cada vez más gruesa e incluso llegando a la deformación (fimas) de la nariz, barbilla, frente, mejillas y orejas

Los poros se ven cada vez más grandes

Tipo 4: Afectación de los ojos

Ojos acuosos o apariencia de estar inyectados con sangre

Sensaciónde arena en los ojos

Picor , ardor y sequedad de ojos

Ojos sensibles a la luz

Visión borrosa

Vasos sanguíneos visibles en un párpados

Quistes en el párpado



DIAGNÓSTICO

La rosácea se diagnostica normalmente basándose en la típica “cara roja” y los síntomas de rubor facial. Sin embargo, son los dermatólogos los que están especialmente entrenados para diferenciar la rosácea de otras patologías cutáneas similares (lupus, dermatomiositis, dermatitis seborreica, etc.).

“En casos poco comunes, una biopsia de piel puede ser necesaria para ayudar a confirmar el diagnóstico de la rosácea y de vez en cuando, un examen no invasivo (raspado de la piel) sirve para identificar ácaros en la piel (Demodex)”, explica Ruiz.



GRADOS

Estadio I: enrojecimiento facial pasajero o permanente, la piel se vuelve mucho más sensible y arde al contacto con cosméticos y maquillajes. Aparecen las telangiectasias (vasos sangineos visibles)

Estadio II: las mismas lesiones que aparecen en el estadio I se agravan y se ven acompañadas por pápulas y pústulas. Cuando éstas son grandes pueden dejar cicatrices de importancia. Los poros se ven notablemente dilatados.

Estadio III: los signos evolucionan y aparecen grandes nódulos inflamados y forúnculos que engrosan de forma irregular la piel, sobre todo en nariz y mejillas.

La rosácea ocular causa inflamación de los párpados, iris y de las conjuntivas así como también puede ocasionar queratitis. En estos casos es necesario un tratamiento dermatológico en combinación con uno oftalmológico.

Las complicaciones podrían ser básicamente porque los pacientes no se cuidan: sobreinfecciones, irritaciones de la piel por tratamientos caseros, afección ocular y cáncer de piel.



TRATAMIENTOS

Existen muchas alternativas terapéuticas para la rosácea, y ello dependerá de la severidad del cuadro clínico. En éste sentido es recomendable buscar el cuidado de un médico para que evalué cual será el más efectivo.

Entre los tratamientos médicos disponibles están: los lavados antibacterianos, cremas tópicas, pastillas de antibióticos, rayos láser, terapias de luz pulsada, la terapia fotodinámica y la isotretinoína, dice la especialista.

Una rosácea leve no necesariamente requiere de un tratamiento, en cambio situaciones más resistentes pueden requerir un enfoque de combinación terapéutica.

Se debe tomar en cuenta que hasta la fecha no se cuenta con una cura conocida para la rosácea. El objetivo es identificar y evitar todos los posibles desencadenantes y así reducir las exacerbaciones o reagudizaciones. Es recomendable tomar en cuenta las siguientes medidas generales:

Evite la exposición al sol y utilice protector solar todos los días

Evite el esfuerzo prolongado en clima cálido

Procure reducir el estrés y ensaye con respiración profunda, yoga u otras técnicas de relajación

Limite el consumo de comidas condimentadas, el alcohol y las bebidas calientes

Evite los baños muy calientes

Los antibióticos orales (tetraciclina, minociclina o doxiciclina) o cremas tópicas (metronidazol) pueden controlar las erupciones cutáneas. La rosácea no es acné y no mejorará con tratamiento para el acné de venta libre.

De todas formar recuerde que todo uso de medicamentos debe ser supervisado rigurosamente por un especialista.

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