jueves, 4 de febrero de 2016

Qué es la microcefalia


La microcefalia es un trastorno neurológico que afecta directamente al tamaño de la cabeza del bebé, presentando esta un menor tamaño de lo que se considera normal en relación a su edad y sexo. Es una condición que puede ser congénita o darse en los primeros años de crecimiento, por lo que es posible que se detecte durante la gestación o tras el nacimiento. Según el factor causante y la gravedad, la microcefalia conlleva una serie de complicaciones y puede ocasionar problemas tanto el desarrollo cognitivo como psicomotor del niño de por vida.
Hasta el momento, esta afección era poco frecuente, pero debido al aumento considerable de casos de microcefalia que se han observado en los países que recientemente han resultado afectados por brotes del virus zika, la OMS ha alertado de las posibles graves consecuencias que este último puede tener en las mujeres gestantes y se está estudiando la relación cada vez más notoria entre la microcefalia y el virus zika. Sigue leyendo este artículo de unComo para saber con detalle qué es la microcefalia, sus causas y consecuencias.
  • Definición de microcefalia

La microcefalia es un trastorno neurológico en el cual la cabeza del bebé presenta un tamaño menor de manera significativa con respecto a la de otros niños de su misma edad y sexo. Por lo general, es una condición que se detecta al nacer cuando al medir la distancia existente alrededor de la parte superior de la cabeza, se observa que esta es inferior a la media, la cual se sitúa entre los 35 o 36 centímetros.
Durante los meses de gestación, la cabeza del bebé va presentando un mayor tamaño de manera progresiva a medida que el cerebro va creciendo. Sin embargo, la microcefalia sucede debido a que el cerebro no se desarrolla adecuadamente mientras el feto está en el útero, o a que deja de crecer tras el nacimiento. Es por ello que puede detectarse durante el embarazo mediante la realización de una ecografía si la falta de desarrollo es muy notoria, o después de nacer al medir el perímetro craneal y compararlo con las tablas de crecimiento estándar.

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  • Causas de la microcefalia

Aunque en muchos casos se desconocen las causas exactas de la microcefalia, en otros los especialistas han señalado que este desarrollo anormal del cerebro podría deberse a ciertos cambios o trastornos genéticos y/o a diferentes patologías o condiciones que la madre podría presentar durante el embarazo.
Así, entre las enfermedades o condiciones que podría sufrir la futura mamá en la gestación y que aumentarían las probabilidades de microcefalia en el bebé, se encuentran las siguientes:
    • Rubéola congénita.
    • Toxoplasmosis congénita.
    • Citomegalovirus congénito.
    • Virus zika.
    • Fenilcetonuria no controlada.
    • Desnutrición severa.
    • Abuso de sustancias dañinas y perjudiciales para la salud, como alcohol, drogas, productos químicos tóxicos o el consumo de ciertos medicamentos.
Por otra parte, entre los trastornos genéticos que podrían ocasionar microcefalia se encuentran: el síndrome de Down, el síndrome de Rubinstein-Taybi, el síndrome de Cornelia de Lange, el síndrome del maullido de gato, el síndrome de Seckel, el síndrome Smith-Lemli-Opitz, trisomía 18 y trisomía 21.

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  • Complicaciones de la microcefalia

En función de la causa de la microcefalia y de la gravedad de la misma, los bebés padecerán unas complicaciones u otras y unos determinados problemas adicionales, los cuales pueden variar en intensidad presentándose desde leves hasta graves. Hay casos en los que los niños a pesar de que su cabeza siempre será de un tamaño menor para su edad y sexo, se desarrollarán adecuadamente y tendrán una inteligencia normal.
No obstante, en la mayoría de casos de microcefalia, esta afección se asocia al padecimiento de problemas como los que detallamos a continuación:
    • Retrasos en el desarrollo, presentando problemas de habla y de movimiento.
    • Dificultades en cuanto a la coordinación y el equilibrio.
    • Discapacidad intelectual, presentando una limitación de la capacidad para aprender y desempeñar actividades y tareas en la vida cotidiana.
    • Problemas para alimentarse adecuadamente, como puede ser el caso de presentar dificultades para tragar los alimentos.
    • Convulsiones.
    • Pérdida de audición.
    • Problemas en la vista.
    • Baja estatura o enanismo.
    • Distorsiones faciales.
    • Hiperactividad.
Es importante señalar que este tipo de problemas físicos e intelectuales puede en grave peligro la salud del afectado, y que los bebés con microcefalia requerirán de un exhaustivo seguimiento médico y la realización de revisiones regulares para vigilar muy de cerca tanto su crecimiento como desarrollo.

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  • Tratamiento de la microcefalia

No existe una cura ni un tratamiento específico para la microcefalia. La forma de actuación de los especialistas variará en función del factor causante de dicho trastorno y las complicaciones que se presenten.
Por lo general, durante la infancia y más adelante, se llevan a cabo programas y/o tratamientos de intervención que incluyen terapias de aprendizaje, de lenguaje, físicas u ocupacionales, para mejorar y fortalecer, en la medida de lo posible, las capacidades del paciente. En casos en los que se presentan síntomas como convulsiones o hiperactividad, es posible que se receten algún tipo de fármacos para controlarlos.
  • Microcefalia, un mal asociado al virus Zika

Recientemente, se ha asociado el padecimiento de microcefalia a la infección por el virus zika, una enfermedad que se transmite por la picadura de un mosquito infectado del género Aedes. Aunque aún está por confirmar científicamente la relación de este virus con la microcefalia, lo cierto es que los casos de este trastorno neurológico han aumentado considerablemente en regiones de Latinoamérica que han sido afectadas por brotes de virus zika, como es el caso de Brasil.
A pesar de que en condiciones normales, el virus zika no conlleva mayores complicaciones y que incluso en muchos casos sus síntomas son muy leves o es prácticamente asintomático, se ha alertado de su gran peligrosidad cuando afecta a mujeres embarazadas. Y es que podría aumentar considerablemente las probabilidades de que el feto desarrolle microcefalia, acarreando en consecuencia problemas motores, cognitivos y otras lesiones físicas.
Es por este motivo, por el que se ha señalado la importancia de extremar las precauciones, tomando las medidas necesarias para evitar el contacto con el mosquito portador y evitando, sobre todo, viajar o frecuentar las regiones en las que circula el virus. Te recomendamos que leas atentamente el artículo Cómo prevenir el virus zika.

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