sábado, 10 de marzo de 2018

La costra láctea: Qué es y cuándo tratarla

La costra láctea es la forma coloquial de denominar a la dermatitis seborreica que afecta el cuero cabelludo del bebé con pápulas blanquecinas o amarillas.

Entre la segunda o tercera semana de vida pueden aparecer unas costras de grasa seca. Puede encontrarse en niños de hasta tres años.

La costra láctea se relaciona con factores genéticos o meteorológicos. También con desórdenes hormonales que impulsan a las glándulas sebáceas a segregar exceso de grasa. No son graves ni duelen, pero no deben arrancarse, para evitar lesiones en la piel y el surgimiento de infecciones. Tampoco son contagiosas ni están referidas a falta de higiene.

Algunos bebés reaccionan al cambio de alimentación placentaria por leche materna y sus hormonas, o la artificial. Los altos niveles de grasa generan un exceso de estimulación de las glándulas sebáceas del cuero cabelludo y desencadenan la costra láctea. Cada niño tiene sus peculiaridades.

Las hormonas que la madre transmite al feto al final del embarazo también pueden ser una causa probable. Otra razón está referida a la irritación ocasionada por un hongo que crece en el sebo. Lo que sí es un hecho es que no tiene que ver con intolerancia a la leche o su ingesta.

Al analizar otras causas, se encuentran también los climas extremos, algunos problemas del sistema inmunitario, el estrés y ciertas afecciones de la piel. Cabe destacar que todos los especialistas coinciden en que la costra láctea es inofensiva, mas no sus causas, por eso es necesario estar atentos.

En los casos más leves, no hay que preocuparse. La costra tiende a desaparecer con el paso de los meses, sin tratamiento. Si la decisión de los padres es eliminarla antes, la opción es ablandarla hasta que se caiga, con cremas o aceite corporal para bebés. Se aplican en la cabeza, con masajes sobre las costras, y se baña al niño media hora después.

La cabeza del bebé debe lavarse a diario con champú adecuado, de farmacia y no cosmético. También hay que peinarlo y aplicar el tratamiento indicado por el pediatra, si lo hubiese.

Otra opción es utilizar una esponja mojada y champú. Se frota la cabeza hasta lograr que algunas costras salten.

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