1. Profundidad.- Piel y otros tejidos, hasta donde eso nos mide la profundidad, las quemaduras desde el punto de vista de la valoración, lo hacemos bajo tres puntos de vista:
Quemaduras Superficiales: Cuando la lesión abarca exclusivamente la epidermis cutánea, ese agente físico químico o térmico ulcero la epidermis, a esa quemadura superficial la llamamos quemadura de Tipo A y la característica clínica para diagnosticar la quemadura superficial es el eritema cutáneo, es decir ese enrojecimiento de la piel por Ej.: es la quemadura de sol, es una quemadura superficial de tipo agudo, la característica de esta lesión que es excesivamente dolorosa, hay una hiperalgía cutánea y naturalmente también es una lesión que “puede” evolucionar sola, no necesita de un tratamiento especifico salvo que sea demasiado extensa.
Quemaduras Intermedias: El agente causal de la quemadura lesiona hasta la dermis de la piel pero sin sobrepasarla, es decir sin que se afecte más allá de la dermis y la denominamos de Tipo AB la característica típica de esta lesión es la presencias de las ampollas o flictenas.
Quemaduras Profundas: El agente causal de la lesión sobrepaso a la dermis, fue más allá de la dermis, lesionando otros tejidos hipodermis, aponeurosis, músculos a esa lesión la llamamos quemadura de Tipo B la característica clínica para su diagnostico es la presencia de las escamas, esa piel apergaminada, dura, muerta; lo típico, lo clásico de estas lesiones es la insensibilidad, el paciente no tiene dolor porque las terminaciones nerviosas están destruidas, no hay sensación de tacto, no hay sensación de presión, esos corpúsculos de Morgagni, de Meissner están destruidos, por lo tanto la quemadura es insensible, no se siente tanto no se siente dolor.
Por la profundidad hemos podido tipificar a tres tipos de lesiones.
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