“Hasta ahora, muchos científicos estaban de acuerdo en que el desarrollo del cerebro humano se detenía, más o menos, en la infancia”, explica Sarah-Jayne Blakemore, neurocientífica del Instituto de Neurociencia Cognitiva del University College de Londres, pero la nueva investigación apunta que muchas regiones del cerebro continúan desarrollándose durante mucho tiempo después.
La corteza prefrontal, que se encuentran justo detrás de la frente, es, según los científicos, el área del cerebro que experimenta mayor desarrollo.
Esta zona es importante en la planificación y toma de decisiones, y también controla la conciencia social, la empatía, la comprensión y las relaciones con otras personas, además de diferentes rasgos de la personalidad.
Para Blakemore, es la parte del cerebro “que nos hace humanos”, ya que existe una estrecha relación entre este área del cerebro y la personalidad. Al parecer, esta zona del cerebro empieza a cambiar en la primera infancia y sigue desarrollándose en la adolescencia, pero no para ahí, la corteza prefrontal continúa cambiando su forma hasta bien entrados los 30 o los 40 años. Científicos británicos aseguran que el cerebro humano continúa desarrollándose después de la infancia y la pubertad, y que no alcanza su madurez completa hasta los 30 ó 40 años. Esta investigación, que puede explicar el comportamiento inmaduro de muchos que ya peinan canas, contradice las actuales teorías que apuntan que el cerebro madura mucho más temprano.
“Hasta ahora, muchos científicos estaban de acuerdo en que el desarrollo del cerebro humano se detenía, más o menos, en la infancia”, explica Sarah-Jayne Blakemore, neurocientífica del Instituto de Neurociencia Cognitiva del University College de Londres, pero la nueva investigación apunta que muchas regiones del cerebro continúan desarrollándose durante mucho tiempo después.
La corteza prefrontal, que se encuentran justo detrás de la frente, es, según los científicos, el área del cerebro que experimenta mayor desarrollo.
Esta zona es importante en la planificación y toma de decisiones, y también controla la conciencia social, la empatía, la comprensión y las relaciones con otras personas, además de diferentes rasgos de la personalidad.
Para Blakemore, es la parte del cerebro “que nos hace humanos”, ya que existe una estrecha relación entre este área del cerebro y la personalidad. Al parecer, esta zona del cerebro empieza a cambiar en la primera infancia y sigue desarrollándose en la adolescencia, pero no para ahí, la corteza prefrontal continúa cambiando su forma hasta bien entrados los 30 o los 40 años.
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