En 2003 se descifró por primera vez la secuencia del genoma humano, seguida de la del primer tumor en 2008, lo que fascinó a los médicos como un potencial precedente para personalizar el tratamiento.
Dos estudios publicados en el Journal of the American Medical Association detallan cómo la secuencia del genoma de un paciente condujo a los médicos a un tratamiento diferente contra la leucemia; otro paciente murió pero dejó a sus tres hijos con información potencialmente valiosa sobre su futuro genético/
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