No son sólo los auriculares, también es común llevar la música a todo volumen en el coche, por no hablar de la discoteca.
No saben que el oído necesita 16 horas de reposo para compensar dos de exposición a altos niveles. La consecuencia es que el umbral de audición se va reduciendo y por eso ponen cada vez más alto el volumen. La conclusión de los expertos es clara: las nuevas generaciones serán más sordas, señala la otorrinolaringóloga Mirtha Fernández Lea Plaza.
El problema es serio. Un golpe ruidoso eleva la presión en el cerebro. Los aficionados al ritmo directamente en el oído pueden soportar hasta 100 decibelios durante un tiempo largo. Lo que ocurre es que las células se exponen a esa vibración sin tener tiempo para descansar, no se recuperan y la pérdida de audición es lenta, pero segura.
concentración
El ruido impide la concentración, como lo advirtieron los astronautas de los primeros vuelos. El ruido de los motores era tal que les impedía mantener la atención suficiente como para realizar operaciones matemáticas elementales
estrés
Una motocicleta sin silenciador, además de mucha molestia, deja detrás de sí cientos de taquicardia, estrés y conversaciones interrumpidas.
fatiga mental
El ruido produce cansancio
y fatiga mental, la tensión acumulada impide conciliar el sueño.
irritabilidad
Otro de los síntomas es la irritabilidad; se tiene la sensibilidad a flor de piel. Hay también sequedad de las mucosas, las pupilas se dilatan, provoca cierta palidez e incluso espasmos intestinales.
Según la estadística, hay un gran porcentaje de frigidez y el trastorno más grave, por ser irreversible, es la pérdida progresiva de la audición.
mucho trabajo
El oído es un órgano que no recibe más energía cuando trabaja más, sino todo lo contrario. Por eso, ante el mismo estímulo, si es fuerte y se repite, reacciona cada vez menos.
audÍfono
Así como se utilizan los lentes para corregir la vista, se debe utilizar los audífonos para oír y mejorar los niveles de audición.
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