Patarroyo, que se encuentra en España invitado por la Fundación de Estudios Médicos para pronunciar la conferencia "Nuevas Vacunas para las Viejas Infecciones", desveló que 25 multimillonarios crearán un consorcio para construir la planta de producción de la vacuna tras fracasar en las negociaciones con la industria farmacéutica.
El científico colombiano reconoció que su anterior vacuna creada en 1986, "SPf66", estaba "incompleta", con una protección de entre el 30 y el 50 por ciento de los seres humanos, pero gracias al descubrimiento en 2002 del genoma del parásito de la malaria y al hallazgo de su colaborador, Mauricio Calvo, logró mejorarla y darla a conocer el 25 de marzo pasado en "Chemical Reviews".
El descubrimiento de la nueva vacuna sintética se produjo tras averiguar la estructura química del microbio, sintetizando miles de moléculas en fragmentos de 20 aminoácidos, deteniéndose en esta ocasión, a diferencia de 1986, en seleccionar solo los fragmentos que invadían los glóbulos rojos.
Patarroyo explicó que algunos de los aminoácidos fueron modificados y seleccionados aquellos que poseían el mismo volumen, masa y superficie, pero de polaridad invertida.
Indicó que hace una semana se entrevistó con el director de ingeniería genética de La Habana, Manuel Limonta, que le invitó a trabajar en una vacuna contra el dengue, y en Brasil le han propuesto otra contra las amigdalitis, de la que ya tienen un prototipo que será ensayado con humanos.
El científico colombiano halló principios químicos para crear vacunas sintéticas que podrán utilizarse en investigaciones contra enfermedades infecciosas.
Según Patarroyo, desde que Luis Pasteur en 1884 inventó la primera vacuna han pasado 123 años en los que sólo se han logrado sacar 15 vacunas de las 517 enfermedades infecciosas existentes.
"Colfavac" ha estado financiada inicialmente por el gobierno colombiano, pero finalmente han sido la Fundación para la Investigación Solidaria de la región española de Navarra, la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Universidad de Rosario (Bogotá) las que han apostado por la vacuna.
Sobre su rechazo a colaborar con gran parte de la comunidad científica internacional, explicó que las instituciones anglófonas obligan a firmar un documento de patentes, mejoras y regalías que va contra su filosofía, y aunque hay científicos que desearían trabajar con él, no pueden sin rubricar tal acuerdo.
Patarroyo se mostró decepcionado con organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que donó en 1993 su primera vacuna, tras lo ocurrido con la gripe A.
"Fue un caso patético en el que quedó patente la serie de intereses creados a su alrededor", uno de los motivos por los que no les cederá "Colfavac", afirmó.
Su descubrimiento, "le sienta muy mal a la industria farmacéutica, como un puntapié en la cara", ya que "tienen un mercado más grande que el de las petroleras" y un poder tan grande que "no caigo en la trampa de enfrentarme o un día cualquiera desaparezco en el Amazonas". EFE
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