Para conocer esta problemática Femenina (F) se contactó con el neurocirujano Jorge Botello (JB) quien gentilmente absolvió nuestras interrogantes al respecto.
F.- ¿Qué se entiende por ataque cerebral?
JB.- El ataque cerebral es una alteración en el funcionamiento del sistema nervioso, que se da en forma brusca, cuando se rompe u obstruye una arteria o vena provocando la interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro.
Se debe mencionar que existen dos tipos de ataque cerebral: el isquémico (infarto) y el hemorrágico (derrame). El infarto cerebral se produce por el bloqueo de una arteria, debido a un coágulo en alguna región del cerebro, por ejemplo: una embolia o por arterioesclerosis que son frecuentes en nuestro medio. A diferencia del primero el derrame cerebral, se debe a la ruptura de algún vaso sanguíneo en la cabeza.
En cualquiera de los dos casos puede provocar que las neuronas, se debiliten o mueran, puesto que sin oxígeno las células nerviosas no funcionan. De la misma manera las partes del cuerpo controladas, por las regiones del cerebro que se ven afectadas dejan de funcionar.
F.- ¿Cuáles son sus principales síntomas?
JB.- Los síntomas más frecuentes son: debilidad o adormecimiento repentino en el brazo, la pierna o en la mitad de la cara, confusión o dificultad para hablar o entender, problemas para ver con uno o en ambos ojos, pérdida del equilibrio o coordinación, mareo o vértigo y dolor de cabeza muy intenso, si presenta alguno de estos problemas debe acudir de inmediato a un centro de salud para realizarse un chequeo preventivo.
F.- ¿Qué tipo de secuelas puede dejar un ataque cerebral?
JB.- Las personas que han sufrido algún tipo de ataque cerebral a menudo quedan con algunas secuelas permanentes, puesto que las células cerebrales muertas no pueden ser reemplazadas. En el 50 por ciento de los casos la persona que sufre un ataque cerebral puede morir al momento, porque no sobrepasa el evento. El otro 50 por ciento sobrevive pero queda con algunas secuelas permanentes como alteraciones en la memoria, sufre de olvidos o no reconoce a sus familiares, otros quedan con parálisis en la mitad de su cuerpo, alteraciones en el lenguaje porque no pueden expresarse y finalmente quedan en estado vegetativo cuando es severo.
F.- ¿Este problema se presenta de igual manera en mujeres que en varones?
JB.- Los infartos cerebrales se presentan con mayor frecuencia en los varones y los derrames cerebrales en las mujeres. Existen factores de riesgo que influyen como ser: la edad, los hábitos de vida, el fumar y consumir alcohol. En los hombres más jóvenes la hemorragia cerebral es más frecuente y en mujeres de la tercera edad los ataques isquémicos.
Otros factores de riesgo se encuentran en las personas que padecen de otras enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes y las personas que sufren de obesidad y aquellas que tienen un colesterol elevado.
F.- ¿Qué tratamientos existen?
JB.- Un paciente que ha sufrido un ataque cerebral isquémico, por la falta de irrigación en el cerebro, si es atendido dentro de las 3 a 4 primeras horas de sucedido el problema, puede utilizarse un medicamento que le permite disolver los coágulos para que la sangre circule por la cabeza salvando esta región sin afectarla. Pero si llega pasado este tiempo esta droga ya no tiene efecto y se debe proceder a realizar un cateterismo con un procedimiento especial para sacar afuera el coágulo. Si llega pasada las ocho horas tiene una mayor probabilidad de quedar con alguna secuela posterior.
En los derrames cerebrales dependerá de la causa y del tamaño del sangrado, si se ha producido un aneurisma (dilatación de una arteria o vena) se debe tratar lo antes posible para continuar con el tratamiento más adecuado para la hemorragia. Si existe un hematoma cerebral dependerá del estado del paciente y de su edad, si comienza a decaer será necesaria la intervención quirúrgica.
F.-¿Cómo prevenir este problema?
JB.- Los ataques cerebrales pueden prevenirse mediante controles médicos regulares, un estricto control de la presión arterial y la diabetes, abandono total del cigarrillo y hacer seguimiento médico en los tratamientos de las enfermedades del corazón. Además de controles que incluyan exámenes de sangre, colesterol, triglicéridos, glicemia y exámenes renales de rutina. En la actualidad se ha incluido el examen de una ecografía doppler de las arterias del cuello que van al cerebro, donde se puede detectar a tiempo una arterioesclerosis.
En menores de 50 años con antecedentes de familiares que tuvieron este padecimiento deben hacerse un chequeo de rutina, porque tendrían una mayor predisposición para desarrollar este problema.
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