Así lo expuso hoy el doctor Javier Aragón en el II Congreso Nacional de Heridas, que se está celebrando en Madrid.
Este trastorno, responsable del 70% de las amputaciones de pie en Europa, es consecuencia del descuido durante años de esta enfermedad cada vez más común, lo que acaba dañando los nervios y afectando al riego sanguíneo, hasta el punto de provocar la pérdida de sensibilidad en estas extremidades inferiores.
Javier Aragón señaló que basta un golpe, una piedrecita en el zapato o cualquier roce para ocasionar en el diabético una herida que no advertirán por su falta de sensibilidad y al no tratar la lesión las bacterias colonizarán la zona, destruyendo el tejido.
Recomendó un "control estricto de la diabetes, la tensión, los niveles de colesterol y no fumar", así como caminar una hora al día para favorecer la circulación, llevar calzado adecuado y extremar la higiene, entre otras medidas.
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