Las células madre de los músculos sobreviven en "estado letárgico" 17 días después de la muerte en los seres humanos y 16 días en las ratas y, una vez colocadas de nuevo en cultura, vuelven a ser perfectamente funcionales, según el estudio publicado esta semana en la revista "Nature Communications".
Ocurre otro tanto con las células madre de la médula ósea que generan células sanguíneas, y que permanecen viables cuatro días después de la muerte en las ratas y que son también capaces después del trasplante, de volver a proliferar en la médula, agregaron los científicos.
Trabajos anteriores habían identificado tales células 32 horas después de la muerte en el cerebro de un feto.
Los científicos franceses mostraron que esas células adultas pueden sobrevivir mediante una carencia de oxígeno para alcanzar ese "estado letárgico" que les permite sobrevivir y resistir a un medio ambiente extremadamente hostil.
Este modo de supervivencia que fue puesto en evidencia, existe también en casos de grandes daños en los tejidos de los seres vivos.
Esta reserva de células madre viables en el organismo humano después de la muerte podría servir para efectuar injertos de médula ósea (leucemia, enfermedades sanguíneas) muy utilizadas en los hospitales y "para las cuales faltan donantes", estimó un profesor del instituto.
"Extirpamos 4 gramos de músculo de una mujer que falleció a los 97 años, 17 días después de su muerte y obtuvimos millones de células madre y conseguimos diferenciarlas en fibras musculares", agregó.
En las ratas, las células madre de los músculos extraídas después de la muerte, una vez injertadas, permitieron restaurar la producción de una proteína deficiente, la distrofina, en ratas afectadas de myopatía, precisó Chrétien.
Las células pasan al estado letárgico reduciendo al estricto mínimo su metabolismo: muy pocas mitocondria (órganos celulares que producen energía a partir del oxígeno) con una caída de su reserva energética.
De manera más general, este estado letárgico es una manera para las células adultas de esperar que "pase el chaparrón" y para superar situaciones hostiles, como por ejemplo un lesión muscular, en que el suministro de oxígeno se ve perturbado, para poder luego reiniciar el ciclo celular y reparar el tejido o el órgano dañado, explicó el científico.
En laboratorio, "constatamos que las células madre musculares privadas de oxígeno a 4º C sobrevivían mejor que las expuestas al oxígeno ambiente", agregó el doctor Chrétien.
Este descubrimiento permite prever una nueva fuente y sobre todo nuevos métodos de conservación (en un refrigerador o en una mezcla gaseosa sin oxígeno) de células madre para utilización terapéutica.
El profesor Chrétien evocó también "una técnica muy simple para seleccionar esas células a partir de la punción de una mezcla de células: con sólo meterlas en un frigorífico sin oxígeno, se consigue pasar de la concentración de 2 a 7% y a 40% de pureza", dijo.
Una patente internacional fue registrada para cubrir las aplicaciones de este descubrimiento.
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