Nivel de pérdida. La especialista explica que en la hipoacusia leve, se afectan entre 35 y 40 decibeles, influyendo en la pronunciación del lenguaje en los niños; en las moderadas, involucran hasta 60 decibeles teniendo repercusiones en la estructuración de oraciones; en las pérdidas auditivas severas, hasta 90 decibeles, impide el desarrollo del lenguaje y en las profundas, de 90 decibeles hacia arriba, se trata de casos considerados como sordera.
Problemas. Los problemas de hipoacusia ocasionan discapacidad en distintos ámbitos, que van desde la falta de pronunciación de algunos fonemas hasta la ausencia de comunicación oral por falta de desarrollo del código lingüístico auditivo verbal para interactuar con los demás. El lenguaje de señas utiliza códigos alternativos que pueden ayudarle a expresarse; sin embargo, es más limitado a familiares o entornos de sordos. Las edades ideales para equipar auditivamente a nacidos con esta deficiencia son entre 0 a 3 años, permitiendo al niño el desarrollo del lenguaje verbal. Phonak ha desarrollado para estas edades tecnología especializada que favorece el desarrollo de su lenguaje.
Qué hacer. Para el recién nacido, existen estudios que ayudan a diagnosticar tempranamente esta condición, como los potenciales evocados auditivos de estado estable, las emisiones otoacústicas e impedanciometría. Una vez que se realizan, ya es posible equipar al hipoacúsico desde bebé. “Mientras más pronto se equipa al niño, más se gana en el terreno del desarrollo del lenguaje”, afirma Vargas. Una vez que el niño está equipado, todavía queda el ayudarle a desarrollar su lenguaje, para lo cual se deben realizar terapias donde el infante aprenda a escuchar y la familia, a estimular ese lenguaje. En Audiocruz realizan también esta tarea. De esta manera, el niño podrá discriminar los sonidos y distinguirlos uno del otro y finalmente, imitarlos y así adquirir su lengua materna, aseguró la especialista.
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