Los resultados mostraron que los hombres que consumían la mayor cantidad de calcio a través de los alimentos tenían hasta un 25 por ciento menos de probabilidades de morir por cualquier causa y un 23 por ciento menos de hacerlo por enfermedad cardíaca en comparación con quienes consumían menos.
Concretamente el grupo que más calcio ingería, tenía un consumo de casi unos 2.000 mg. por día, mientras que los que menos lo hacían, no superaban los 1.000 mg. de calcio.
El consumo recomendado de este nutriente es de unos 1.000 mg. para los hombres de entre 19 y 50 años, y de unos 1.200 mg., para los mayores de 50.
De aquí que los investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), hayan concluido que "el consumo que supera el recomendado reduciría la mortalidad por todas las causas".
Finalmente, en cuanto al porqué de esta reducción de la mortalidad, los investigadores apuntaron que puede deberse a que el calcio ayuda a reducir la presión arterial, el colesterol e incluso la glucosa en sangre.
Este estudio coincide con otros anteriores que habían encontrado que un mayor consumo de calcio estaba asociado con una mayor vida, tanto en hombres como en mujeres, según se especificó en el artículo del American Journal of Epidemiology.
Las principales fuentes de calcio alimentario son la leche y sus derivados como los productos lácteos y los cereales, aunque también hay otras secundarias.
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