Sacar al virus de su guarida. Según José Alcamí, director del Laboratorio de Inmunopatología del Sida del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, sería necesaria una estrategia combinada para "sacar" el virus de su guarida y, posteriormente, lograr que la célula en la que se ha insertado muera definitivamente. "Pero para ello sería necesario tomar muestras de sangre de los pacientes y hacer un recuento de las células infectadas, antes y después del tratamiento".
El despertar de las células virales. El VIH persiste en el organismo a pesar del tratamiento, gracias a que es capaz de integrar su ADN en el genoma de algunas células, que no expresan ninguna proteína viral y, por tanto, pasan desapercibidas para el sistema inmunitario. Cuando estas células "despiertan" (por ejemplo, porque el paciente abandona su medicación), ponen en marcha de nuevo el ciclo vírico, generando más proteínas capaces de infectar nuevas células y permitir de nuevo el avance de la infección.
El científico se mostró esperanzado ante este descubrimiento, pero también cauto, ya que el Vorinostat resulta tóxico en combinación con otros fármacos, por lo que alertó una mayor investigación.
Detalles
Un enfermo ahora puede llegar a vivir 50 años con tratamiento
Cura. Un enfermo con VIH, antes hubiera vivido seis meses y que ahora, gracias a la medicación, si empiezan a tratarse con 25 o 30 años, pueden vivir unos 50 años más. Lo que equivale a una esperanza de vida normal.
Esperanza. En los últimos veinticinco años, los esfuerzos se han dirigido casi por completo a diseñar fármacos que lograsen bloquear la replicación del VIH activo, lo que ha permitido mejorar el pronóstico de los pacientes, al reducir la incidencia de enfermedades oportunistas y mejorar su esperanza de vida.
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