Según los estudios realizados, estos enojos afectan fuertemente al corazón pues incrementan el ritmo cardíaco, presión arterial, flujo sanguíneo y producen taquicardia y las personas susceptibles podrían llegar a sufrir un infarto.
También genera problemas de la piel, como enrojecimiento y pruritos y en los diabéticos puede causar un descontrol fuerte de la glucosa a nivel sanguíneo que les generaría fuertes daños en los riñones y estómago.
Quienes sufren de enojos constantes deben buscar atención médica.
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