LA SALUD COMO PARTE DEL DESARROLLO
El ser humano es producto y parte de la naturaleza. La salud es parte del desarrollo social y como tal, está intrínsecamente ligada a las formas de las relaciones de producción, que va adquiriendo en el devenir de su historia y en su permanente interacción con la naturaleza. Por tanto, el análisis e interpretación del concepto salud, adquiere históricamente distintas consideraciones. En consecuencia, en la actualidad la salud es un problema social y su solución pasa a ser también social.
De esta aseveración se puede deducir, que la salud no es siempre de origen biológica, no depende exclusivamente del mundo de la sanidad, para integrarse al mundo social. La salud guarda relación íntima con el derecho social de toda persona a la vida y la dignidad de los ciudadanos, cualquier restricción en el acceso a los servicios sanitarios, es causa de exclusión social. El Estado debe ejercer la protección a este derecho. La salud, según la Organización Mundial de la Salud, en función del desarrollo, fue perfeccionando su conceptualización, entendiendo como tal, en la actualidad como un estado de bienestar bio - psico - social, del individuo y de permanente adaptación con el medio ambiente.
Una precisión y ampliación a esta posición, conduce a registrar a la salud como un proceso complejo y dialéctico, biológico y social, singular e interdependiente, alejado del equilibrio, pero con cierto grado de estabilidad, como consecuencia de los mecanismos de adaptación y relaciones dinámicas, ecológicas, culturales, políticas y económicas, vitales e históricas, propias en donde existe y la libertad de elección o autodeterminación del individuo.
Debe entenderse, que la enfermedad no es lo contrario de la salud, sino parte del devenir vital. Es un proceso biológico, dado que los organismos vivos son entidades poco estables en su proceso continuo de evolución y cambio. La salud y la enfermedad son parte de la estabilidad e inestabilidad del organismo sujeto a determinadas condiciones. La salud es armonía en todo orden.
"El sistema de vida se convierte en criterio de salud, cuando esta se mide, por el impacto que una persona puede recibir, sin comprometer su sistema de vida".
LAS CONDICIONANTES DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD
Las condiciones de vida determinan la salud o la enfermedad. La salud es un recurso para la vida diaria, no el objetivo de la vida. La salud no es un problema médico o de la medicina; en su desarrollo económico - social actualmente adquiere otra dimensión: como un problema de carácter político (democracia sin restricciones, libertad, educación, prosperidad, etc.); en este marco la medicina como ciencia social, no es suficiente para encarar el problema de salud, se necesita de una medicina más integral, de mayor escala, con un enfoque social y como tal, de las decisiones políticas.
En este marco, la política como factor de poder y consiguientemente de cambio, debe tomar en cuenta que: La salud pública, concierne a toda la sociedad y el Estado es el responsable de velar por ella, considerando que esta tiene determinadas condicionantes como son: las conductuales o psíquicas, las sociales y las ambientales, que ejercen su efecto en las biológicas, o dicho de otra manera tienen un efecto importante en la salud y la enfermedad. Es necesario adoptar medidas, tanto de carácter conductual, social y ambiental, que finalmente son los medios, que promueven la salud y combaten la enfermedad (biológicos).
LAS CONDUCTUALES (O PSÍQUICAS): son las que están expresadas en hábitos, costumbres, creencias, motivaciones, vocaciones, actitudes, aptitudes, comportamientos, valores, etc. Esta determinante fundamentalmente se forma en la etapa de la educación que está a cargo de la familia y el Estado, fundamentalmente de esta última. Una sociedad con formación pertinente o con pedagogía nacional moderna, encarará adecuadamente los desafíos que exige el desarrollo personal y social.
LAS AMBIENTALES: son las que están expresadas en aire, agua y tierra. La dinámica y el equilibrio físico - químico, de estos tres componentes, garantiza las condiciones medioambientales para una vida saludable de nuestro género; el desarrollo implica desde luego alteraciones, pero estas deben ser las permisibles y con permanente control. Una sociedad de consumo, debe tener la suficiente cultura (determinante anterior), para evitar la multiplicidad de fines y priorizar la jerarquización de los más importantes.
LAS SOCIALES: Son las que están expresadas en relaciones familiares, situación económica, dedicación laboral, comunidad y amigos, libertad personal, valores personales, oportunidades, desarrollo de capacidades, etc. Esta determinante que tiene que ver con las dos anteriores, encontrará el desarrollo del individuo como ser individual y social, a través de su concurso como agente económico, en un escenario de intercambio cada vez más competitivo. Políticas estatales en este ámbito, seguramente contribuirán a una sociedad más saludable.
LO BIOLÓGICO: Es un medio interno cuyo estado físico - químico tendiente a una cuasi - estabilidad, está en actividad, acumulando energía del medio externo para mantener una organización estructural y funcional en forma autónoma, en su permanente desarrollo cíclico (reproducción, nacimiento, desarrollo, muerte), evolución y adaptación al medio ambiente y social. Las mismas están expresadas en genes, edad, género, nutrición, inmunidad, vigor, etc. Por lo tanto, lo biológico es la determinante más vulnerable y condicionada por las anteriores. Las insuficiencias en la atención de las precedentes, básicamente desemboca en problemas biológicos del individuo, que requieren sólo de la medicina.
La Universidad Boliviana acentúa esta significación, una sociedad en general, debe básicamente ser atendida en cada una de estas determinantes y sus respectivas expresiones. La solución al tema de la salud, no es un problema sólo del Ministerio correspondiente ó de los sectores que están involucrados en la salud, sobre todo de atención, es un problema en su conjunto del Estado y la sociedad, es un problema de desarrollo integral.
LOS ORGANISMOS
INTERNACIONALES
Y SUS RECOMENDACIONES
Bolivia como parte integrante de la Organización de Naciones Unidas (ONU), es parte de la Declaración del Milenio, que contempla claramente objetivos concretos, alcanzables y medibles. Entre ellos se encuentra aquel que orienta una vida larga y saludable, pero ligada a otros de carácter económico, educativo, medioambiental y el fomento a una asociación mundial para el desarrollo.
Si bien hoy existen algunos avances, pero aún persisten grandes inequidades, si se la analiza por nivel socioeconómico. Corrobora esta situación el desempeño del Índice de Desarrollo Humano (IDH), según el Informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del año 2013, nuestro país se ubica en el puesto 108 de 186 naciones con 0,675 para el 2012 (Desarrollo Humano Medio), en relación a 0,671 para el año 2011, tómese en cuenta que para el año 1980 se tenía 0,489; en tres décadas la esperanza de vida creció de 52 años a 66,9, la escolaridad subió de 4,5 años de estudio a 9,2, sin embargo los ingresos por empleo formal no aumentaron considerablemente, sino vía bonos sociales.
Para el cumplimiento de estos objetivos de la salud, se cuenta con la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud; organizaciones que apoyan la Legislación Nacional e Internacional, que permiten el efectivo ejercicio de los derechos y responsabilidades de los ciudadanos y las responsabilidades del Estado y el sector privado en relación con la salud, además cooperan en el análisis, formulación y evaluación de las normas a aplicarse y la integración regional y subregional. Las áreas de trabajo en las cuales se colabora son: promoción de políticas, análisis de situación, cooperación directa, capacitación y movilización de recursos, investigación y difusión de información.
Bajo esta cooperación, y aprovechando los lineamientos, que los distintos eventos internacionales marcaron las orientaciones debidas, sobre las políticas aplicarse, como por ejemplo: el concepto de equidad en la atención de salud; para todos, atención primaria, relación individuo, familias y comunidad pertinentes a problemas locales, participación de la comunidad, los servicios deben enfatizar la prevención y promoción en los servicios y otros.
Pese a que estos documentos establecen los cursos de acción fundamentales para gestores, operadores, financiadores y agencias de cooperación y responsables rectores del área de salud, Bolivia no ha tomado, ni toma en cuenta, extrañamente e incomprensiblemente, las recomendaciones tan importantes e ineludibles, en la construcción de una Bolivia saludable.
NORMAS NACIONALES Y
COMPROMISOS POLÍTICOS
Imbuidos seguramente por orientaciones de los organismos internacionales, principalmente de salud, los políticos también asumen determinados compromisos con los bolivianos y bolivianas, en sendos documentos normativos, como la Constitución Política del Estado, leyes, decretos supremos, resoluciones y planes del ministerio del ramo, que expresan: todas las personas tienen derecho a la vida, a la salud…
El sistema único de salud será universal, gratuito, equitativo, intracultural, intercultural, participativo, con calidad, calidez y control social. El sistema se basa en los principios de solidaridad, eficiencia y corresponsabilidad y se desarrolla mediante políticas públicas en todos los niveles de gobierno…
Sin duda, que desde luego impactan como posibles medidas; sin embargo, los avances sectoriales son mínimos, pero en general, los problemas se agudizan, porque ni siquiera se comprende en su concepción, menos en su organización, gestión, atención, financiamiento y evaluación. Las cosas siguen lo mismo.
GESTIÓN SANITARIA
Y SU REALIDAD
La administración de la salud está delegada a tres gestores básicamente: La pública, la seguridad social y la privada, aunque también se debe considerar las ONG’s y la Iglesia. Estas son producto más de la cultura histórica, que de una planificación del Estado. Las tres primeras están segmentadas a tal grado, que no existe una interrelación, una concatenación entre ellos; es decir, no existe una unidad de gestión en ninguno de sus elementos constitutivos, menos en los que señala las exigencias de la salud, o mejor dicho, cada una tiene su propia "autonomía" de gestión. Las dos primeras con clara influencia de un poder político perverso; la organización en general es obsoleta, las distribuciones financieras están listas para el cultivo de la burocracia. Supuestamente todo listo para la eficiencia institucional, menos para el "paciente", muchísimo menos para la salud. Todos los indicadores técnico administrativos no se cumplen de acuerdo a las normas. Todos los programas implementados, como ser el Seguro Universal Materno Infantil (SUMI), el Seguro para el Adulto Mayor (SPAM) y las transferencias en dinero efectivo, si bien tienen un impacto importante en la población, pero no dejan de ser remiendos a un sistema de salud inexistente.
LOS SERVICIOS
DE ATENCIÓN
En estas condiciones, recibir a un(a) ciudadano(a) acosado(a) o perseguido(a) por un desequilibrio de su organismo (relación médico - paciente), sabiendo que esta es una manifestación o síntoma del precario sistema de vida, sumado a esto la ineficiencia administrativa institucional y la falta de calidez por una insuficiente preparación pedagógica integral del profesional receptor, seguramente es uno de los encuentros más tristes entre dos personas; un acto psicológico indescriptible, posiblemente no narrado hasta ahora.
Ningún esfuerzo individual es capaz de hallar una solución, el problema es social y su solución es política. Por esta razón, los mal llamados modelos de atención, muestran bajas capacidades resolutivas del primer nivel de atención, segundo nivel insuficiente, tercer nivel sobrecargado y obsoleto, cuarto nivel incipiente. La atención entre los distintos niveles, no muestra referencias ni contrarreferencias, no existe una red de servicios, menos de información, además es deficitaria, no sólo existe un déficit en infraestructura, equipamiento, insumos y medicamentos, sino que estas no son las pertinentes.
Los modelos de atención cuentan con procesos de promoción casi inexistentes, prevención insuficiente, no se cuenta con cálculos sobre el costo de prestaciones; por lo tanto, el costo de efectividad y el costo de oportunidad prácticamente están ausentes. Es lógico suponer, que bajo estas condiciones, todos los modelos de atención, no cuenten con sostenibilidad financiera, ni siquiera a mediano plazo.
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