La operación, conocida como alargamiento óseo, se suele utilizar para tratar a pacientes que sufren de patologías que les afectan los huesos; sin embargo, en el último tiempo también fue utilizada con fines estéticos, coinciden tres médicos traumatólogos. Sin embargo, advierten que no siempre es recomendable.
El jefe de traumatología del Hospital de Clínicas, Daniel Sagárnaga, reconoce que ha recibido solicitudes de extensión ósea con fines estéticos, “pero se les explica muy bien (a los pacientes) que la idea no viene por el tamaño. Mucha gente se acompleja por el tamaño que tiene, sin embargo, grandes líderes históricos han sido de estatura baja”.
“Pero muchos quieren igual crecer. En Bolivia se ha hecho, pero no es muy frecuente. Además que es mucho más caro”, contó.
El traumatólogo del Seguro Social Universitario, Fernando Bacarreza Bruno, reconoce que la cirugía se aplica para pacientes que tienen algún hueso seriamente dañado, pero que hay personas “que quieren ganar algo de altura. Hay algunos de talla baja o acondroplacicos (enanismo) que se les hace crecer los centímetros que se requieran”, explicó el experto especializado en Chile.
El jefe de traumatología de la Clínica Rengel, Raúl Rengel, sin embargo, advierte que el tratamiento no debería usarse con fines estéticos.
El procedimiento
La cirugía se basa en cortar un hueso transversalmente para acondicionar su regeneración. Luego, se coloca por fuera de la extremidad un dispositivo llamado fijador externo. Éste tiene un sistema de alambres y rótulas ajustables que fijan la posición del hueso afectado. Con ello el hueso tiene las condiciones necesarias para regenerarse en varios meses.
“Son aparatos que se quedan por fuera de la pierna y atraviesan el hueso con unos clavos o alambres de Kirschner ('). Se ponen varios de éstos que van unidos a unos anillos alrededor de la pierna. Cada anillo se une a través de unas barras roscadas y a través de unas tuercas (rótulas), una vez que se corta el hueso, se comienza a hacer el alargamiento”, dice Sagárnaga. Ver infograma.
El procedimiento cuesta entre 5.000 y 10.000 dólares. No hay un límite máximo de crecimiento óseo, explica el director de traumatología del Hospital de Clínicas, quien comenta que logró hacer crecer hasta 14 centímetros el fémur de uno de sus pacientes.
Si bien se puede aplicar a pacientes de diversas edades, Bacarreza reconoce que un hueso joven responde mejor a un tratamiento, ya que “tienen una cavidad medular que permite una regeneración más acelerada, al igual que el periostio”.
Rengel acota que el hueso no crece indefinidamente. “Hay una cierta cantidad que puede crecer y después ya no, por más de que sea joven el paciente”.
Agrega que el crecimiento no es igual en ambos huesos de las piernas, pese a usar el mismo fijador. A veces crece menos uno de los lados y queda con acortamiento el otro lado. Pero sí, un paciente que ha tenido una fractura antigua “y lo han dejado con una extremidad más corta, eso sí se puede hacer para igualarlo al otro”, dijo.
El proceso de alargamiento
Cuando el hueso está cortado y es atravesado por el fijador se producen micromovimientos que lo estimulan. “Eso hace que el hueso se regenere. En unos meses se comienza a ver como una nube (en la radiografía), que es el nuevo hueso que se está formando”, explicó Sagárnaga.
El promedio del crecimiento es de 0,25 milímetros por día. De tal manera, en sólo cinco meses puede llegar a crecer hasta seis centímetros.
El paciente pasa por varias fases. “Una de inflamación, otra de aparición del callo blando (en el hueso), callo duro y la regeneración ósea”. dijo el jefe de traumatología del Hospital de Clínicas. Para huesos largos como el fémur la recuperación demora de cuatro a cinco meses.
El proceso
¿Cómo ocurre el alargamiento? Cuando el hueso está cortado y es atravesado por el fijador se producen micromovimientos que lo estimulan. “Eso hace que el hueso se regenere. En unos meses se comienza a ver como una nube (en la radiografía), que es el nuevo hueso que se está formando”, explicó Sagárnaga.
El promedio del crecimiento es de 0.25 milímetros por día. De tal manera, en cinco meses puede crecer hasta seis centímetros.
El paciente pasa por varias fases. “Una de inflamación, otra de aparición del callo blando (en el hueso), callo duro y la regeneración ósea”.
Para huesos largos como el fémur, la recuperación demora de cuatro a cinco meses.
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