La sala de dermatología del Hospital de Clínicas es las más frecuentada en la ciudad de La Paz. Cada día se atienden 60 consultas de la piel. La jefa de esa unidad, Sandra Encinas Maldonado, asegura que cada día reciben hasta diez pacientes con tiña pedis. “La gente suele venir cuando las vesículas (pequeños granos que contienen líquido) ya han explotado, porque la infección está muy avanzada”, señaló la especialista.
Datos similares fueron brindados a Página Siete por la presidenta de la Sociedad Boliviana de Dermatología en La Paz, María Virginia Paredes, quien asegura que de diez pacientes que consultan en La Paz, la incidencia de pie de atleta asciende a siete casos. “En un calzado cerrado, donde hay poca ventilación, puede haber transpiración y humedad. Si esto viene acompañado de malos hábitos de higiene la enfermedad se contrae fácilmente. Si se hace deporte y se usa frecuentemente zapatos de goma y no se los cambia en tres a cuatro días, se puede contraer el problema”, explicó.
Encinas dijo que “al haber transpiración se modifica la flora normal de la piel y ésta se afecta. El primer síntoma es el incremento de sudoración en los pliegues de los dedos, como un mecanismo de defensa del organismo. Luego comienza a aparecer el mal olor”.
Para la especialista, poner alcohol y otras sustancias agresivas para evitar la infección no es recomendable. “Tenemos que mantener la integridad del Ph (medida de acidez o alcalinidad) de la piel. Al usar sustancias agresivas destruimos la capa protectora de la piel y disminuyen las defensas”, explicó.
El problema incide a nivel de convivencia social cuando en el transporte público y otros espacios cerrados se debe compartir el lugar con alguien que padece pie de atleta, pues se comparte también el hedor característico de la dolencia. “El transporte público siempre trae estos olores consigo, porque la gente no está acostumbrada a bañarse. Los hongos se desarrollan en medios húmedos”, comentó María Eugenia Ascarrunz, usuaria del transporte público.
Los profesionales coinciden en que la enfermedad se contrae debido a la humedad, escenario ideal para la proliferación de hongos como la Cándida o el Tricofitum (los más comunes). El uso prolongado de calzados sin ventilación también da paso al brote. “Si las personas adquieren los problemas, lo correcto es hacer el tratamiento y no ir a lugares públicos donde puede diseminar el problema”, aseveró Paredes.
El primer paso para el tratamiento es la higiene diaria de los pies, según explicó Paredes. “Después se indica las medidas preventivas: recambio de zapatos, limpieza de calzados, evitar el uso de zapatos cerrados por tiempos prolongados”, añadió.
Se recomienda un tratamiento médico que consiste en el uso de antimicóticos locales, dependiendo de la forma clínica: se utiliza pomadas para pieles secas y talcos antimicóticos para las húmedas.
“En el oriente, el problema es de todos los días y el factor social también influye”, dijo Encinas. Explicó además que los paceños son más propensos a la enfermedad cuando viajan de un clima seco, como el de La Paz, a un lugar húmedo, como en el oriente.
Sin embargo, para Paredes es el factor laboral el que influye, debido al uso obligatorio de botas de trabajo por tiempos prolongados y en ambientes húmedos. “Los índices se incrementan en trabajadores obreros que utilizan botas de goma, que son los más propensos a desarrollar los hongos”.
Deportistas, militares y obreros presentan más a menudo la dolencia, por lo que se recomienda el aseo diario de pies y, en caso de utilizar botas diariamente, tener por lo menos una muda de esta prenda para cambiarla.
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