En el cuadro adjunto se puede apreciar que de los 10 millones de habitantes que tiene el país, 4,7 millones se automedican. Esta práctica la comparten en la misma proporción los varones y las mujeres.
De manera complementaria a la costumbre de automedicarse, casi el 50% de los bolivianos -sin distinción entre varones y mujeres- también busca soluciones caseras a sus dolencias.
La información del censo también revela que de los 10 millones de bolivianos, dos millones acuden a alguno de los sistemas de seguridad social -como la Caja Nacional de Salud, la Caja Petrolera y otras- si sienten alguna dolencia. Por lo tanto, ocho millones de personas quedan al margen de este servicio, porque no lo quieren o porque no lo tienen.
Otro dato es que algo más de seis millones de personas se ven en la necesidad de recurrir a los servicios de salud públicos, mientras 1,6 millones de habitantes del país acuden a establecimientos privados de salud.
También se puede indicar que menos de un millón de personas tienen seguro de salud privado.
Finalmente, los datos del censo de población y vivienda también muestran que de todos los bolivianos, menos del 20% (1,78 millones de personas) visita a los médicos tradicionales.
La búsqueda de médicos naturistas en el departamento de La Paz tiene la misma proporción que a escala nacional.
El 19,7% de las personas que tienen alguna dolencia buscan a los especialistas en medicina tradicional, que en este caso apenas superan las 500 mil personas, de los 2,7 millones que habitan el departamento.
En la preferencia por la institución médica para la atención de salud, no se presentan diferencias notorias si uno analiza las estadísticas tomando en cuenta la variable sexo.
Así, en el caso del departamento paceño hay 1.103.712 mujeres que no escogen a los naturistas, frente a 1.069.293 varones que tampoco escogen la medicina tradicional.
Esta revelación estadística contradice la creencia popular de que la mayoría de la población prefiere la medicina tradicional, cuando esta mayoría opta por la automedicación o los tratamientos caseros, de acuerdo con los resultados del Censo 2012.
Los riesgos de la automedicación
Si usted es de los que acuden a la farmacia y no al médico en caso de una molestia, alerta: la automedicación puede aplacar los síntomas pero esconder patologías graves en su organismo y hasta provocarle la muerte, señala un artículo en la página web de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Franz Serpa, director del área de Trasplante del Hospital Metropolitano (Ecuador), explica que los casos pueden ser extremos. Lo común son los pacientes que se automedican para aliviar el dolor de estómago, pero en esta aflicción se puede esconder una gastritis, que luego demandará de un especialista.
Otro caso es el uso indiscriminado de antiinflamatorios. Ramiro Yépez, otorrinolaringólogo, explica que el consumo no medicado de estos fármacos hace resistentes a las bacterias, porque el paciente debe recibirlos sólo en caso de necesitarlo y con las dosis prescritas por un profesional.
De lo contrario, dice Yépez, una dosis inapropiada sólo "adormece a las bacterias y no las elimina. Luego éstas se despiertan con más fuerza y, cuando la gente va al hospital, ni los antibióticos más fuertes hacen efecto en el paciente”.
Menos del 20% de los bolivianos (1,78 millones de personas) visita a los médicos tradicionales.
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