A pesar de que tiene un impacto importante tanto en el sistema sanitario como en los ámbitos social y laboral, el conocimiento público de la misma es aún muy limitado.
Es una enfermedad sistémica de causa desconocida y evolución crónica que afecta fundamentalmente a las pequeñas articulaciones a las que deforma y finalmente lleva a la anquilosis, pero que también puede causar numerosas alteraciones en otros sistemas: respiratorio, cardiovascular, hematológico, neurológico, etc.
Se dice que es una enfermedad autoinmune porque nuestro sistema inmunológico (sistema de defensa del organismo) identifica erróneamente a nuestras propias células como agentes externos infecciosos y las ataca. Se dice que es crónica porque no tiene curación y precisa tratamiento durante toda su vida.
Síntomas de la artritis reumatoide
El médico reumatólogo Jhonny Flores explica que esta enfermedad ocurre a menudo en más de una articulación y puede afectar cualquiera de ellas, pero se presenta con mayor frecuencia en articulaciones de las manos, pies y en los hombros añadiendo a las características anteriormente mencionadas el color rojizo y caliente en las zonas afectadas además de malestar, cansancio y a veces hasta fiebre.
¿Quién diagnostica la artritis reumatoide?
El especialista encargado de esta función es el reumatólogo, médico que atiende a las personas con problemas de las articulaciones, huesos y músculos.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la AR en etapas avanzadas es fácil, pero se hace difícil en los estadios iniciales de la enfermedad por lo inespecífico de sus síntomas. Los reumatólogos diagnostican tomando en cuenta los siguientes aspectos:
• Historia clínica del paciente
• Radiografías
• Análisis de laboratorio
• Examen físico
¿Qué factores podrían causar la artritis reumatoide?
La causa principal de las lesiones en las articulaciones no es conocida, tiene un origen multifactorial, puede originarse por factores inmunológicos y no inmunológicos como:
• Genéticos (pasan de padres a hijos)
• Endocrinos, infecciones y factores socioeconómicos
¿Cuál es el tratamiento?
Cómo en cualquier enfermedad, dice el galeno Jhonny Flores, la artritis reumatoide debe incluir entre las prioridades de su tratamiento la educación que ayuda a que el paciente pueda comprender, entender y asimilar la enfermedad para poder enfrentarse a las dificultades físicas y emocionales por las que puede atravesar en el desarrollo de la misma, obteniendo con esta actitud positiva control sobre la dolencia y por ende tener una vida activa y llevadera, consultando de forma frecuente a su médico reumatólogo.
El papel del reumatólogo es especialmente relevante para el tratamiento y cuidado del paciente con AR, y debe asegurarse que sean ellos los especialistas que traten la artritis reumatoide, ya que existen áreas geográficas en las que el número de reumatólogos es limitado.
Los objetivos finales del tratamiento de la AR deben ser la prevención o el control del daño articular, preservar la capacidad funcional y la disminución del dolor.
Además del tratamiento farmacológico, hay aspectos adicionales necesarios para lograr una mejor calidad de vida para los pacientes con artritis reumatoide, entre ellos el acceso a terapias complementarias como es la fisioterapia, la terapia ocupacional o psicológica, la mejora de los tiempos de diagnóstico y la calidad de la información recibida.
La mayor parte de las personas que tienen artritis reumatoide toman medicamentos. Estos pueden usarse para aliviar el dolor, reducir la hinchazón y para prevenir que la enfermedad aumente.
El tratamiento para esta enfermedad puede incluir dependiendo de su avance: medicamentos, cirugía, visitas de control, masajes y ejercicios, reducción del estrés y equilibrio en el estilo de alimentación.
Un enfoque multidisciplinario
Según la fisioterapeuta kinesióloga Andrea Tapia Salinas para el tratamiento fisioterapéutico de la artritis reumatoide hay que trabajar en equipo, en el que participen diferentes especialistas.
El protocolo de intervención que se sugiere es el siguiente:
1. Identificar el problema y la necesidad del paciente
2. Realizar una evaluación personalizada
3. Definir los objetivos apropiados para cada paciente
4. Plantear un tratamiento
5. Valorar el efecto del tratamiento
Recomendaciones de tratamiento kinesiológico (con acompañamiento profesional, previa evaluación personal)
1. Ejercicios aeróbicos
2. Ejercicios de flexibilidad y estiramiento
3. Ejercicios con resistencia
4. Mejorar la coordinación y la destreza manual
5. Terapia ocupacional
Recomendaciones para los tratamientos físicos:
1. Láser
2. TENS (para el dolor)
3. Termoterapia (parafina)
4. Magneto terapia
No hay comentarios:
Publicar un comentario