El ataque cerebral es la segunda causa de muerte y la primera causa de invalidez en el mundo. “Se habla de una patología muy importante a nivel mundial que afecta a pacientes mayores y jóvenes que no vuelven a trabajar jamás, son una carga para el Estado y obviamente para su familia. En el caso de las personas mayores que sufrieron un ataque cerebral, el gasto de dinero para el tratamiento es muy elevado”, dice El Dr. Mauricio García Linera, médico neurólogo de la Clínica Los Olivos en Cochabamba y presidente de la Sociedad Boliviana de Neurología.
El impacto cerebral es la oclusión de una arteria del cerebro, que puede venir del corazón o las arterias pre cerebrales; estas se obstruyen y dejan una sintomatología determinada en el paciente, explica García Linera.
PREVENCIÓN
Existen algunas formas de prevención para un ataque cerebral. Para esto se toma en cuenta los rangos de riesgo relativo (RRR).
El riesgo de un ataque cerebral en grandes edades es más elevado (mayor a 80 años).
Se debe realizar un control constante de la presión arterial.
Se recomienda la consulta periódica al cardiólogo.
Entre otros factores de riesgo están la diabetes, el cigarrillo y el colesterol.
Inactividad física u obesidad.
Enfermedades cardíacas.
EL MÉTODO DE LA TROMBOLISIS
Cuando no se pudo prevenir un evento vascular, la neurología tiene una actividad de acción; hoy en día existen varios mecanismos pero uno de los que se realiza en Bolivia con bastante frecuencia es la llamada trombolisis, que puede ser utilizada en cualquier paciente con stroke o ataque cerebral que cumpla con los criterios de inclusión y exclusión para el uso del rtPA. Este método se realiza hace tres a cuatro años en la Clínica Los Olivos en Cochabamba.
“Fuimos los primeros a nivel nacional en aplicar la trombolisis”, asegura García Linera.
El tiempo de llegada del paciente con Accidente Cerebro Vascular al hospital, es la clave para la reducción de secuelas. Las cuatro horas y media son determinantes para este tratamiento, que permite disolver el coágulo y evitar incapacidades.
“Mejor si se atiende al paciente hasta las tres horas del incidente y es ideal si se aplica el método durante la primera hora que llegó al hospital”, dice García Linera.
“Dependiendo dónde está el coágulo, si el paciente no es atendido a tiempo, puede sufrir una hemiparesia de un lado del cuerpo, ya sea izquierdo o derecho, puede ocasionar una alteración del lenguaje, una lesión en el tálamo, o si el infarto es en el cerebelo, puede dejar al paciente con una incoordinación o ataxia, es decir, una alteración del habla. Todo depende dónde esté la lesión”, explica García Linera.
Previo a todo esto, para poder realizar la trombolisis, el paciente debe hacerse el protocolo de criterios de inclusión y exclusión que significa que sea mayor de 18 años, que no haya recibido anticoagulación previa, que no haya pasado por hemorragias previas, ni se haya sometido a una operación en los últimos meses y por supuesto es necesaria una tomografía de encéfalo que no muestre hemorragia, más exámenes de laboratorio. Por esa razón, los especialistas son muy cuidadosos con el protocolo de criterios de inclusión y exclusión, asegura García Linera.
“Si el paciente cumple con todos los requisitos del protocolo de criterios de inclusión y exclusión, puede aplicarse la trombolisis apenas llegue al hospital. El rtPA, que es el plasminógeno, se pone directo a la vena con una dosis de 0.9 mg- kp, 10 por ciento en agudo, es decir en 1 minuto y el resto en una hora. Ahora hay una nueva tendencia a una dosis de 0,7 mg- kp con la idea de que haya menos hemorragia. Es importante que en el procedimiento esté presente un equipo médico compuesto por neurólogo, intensivista y cardiólogo”, explica.
El proceso para este método es corto ya que dura una hora, pero es imprescindible encontrar el origen de donde vino el trombo para realizar la prevención secundaria posterior al tratamiento con la trombolisis. Otro método eficiente que es utilizado en Santa Cruz es la trombectomía, que tiene el rango de siete a ocho horas de ocurrido el ataque cerebral. Este mecanismo solo es, por el momento, utilizado en Santa Cruz con un precio más elevado que la trombolisis.
En Cochabamba se realizaron 12 procedimientos de trombolisis.
“Hay que recalcar que siempre existe el riesgo de muerte. De los 12 pacientes que tuvimos, uno falleció y dos quedaron con una leve secuela. Uno de ellos porque fue una mala información de la familia a cerca de la hora del ataque cerebral y el otro paciente mejoró pero no tanto como hubiéramos querido. Los nueve restantes estaban como si nunca les hubiera pasado nada”, cuenta García Linera.
“Hoy por hoy el tratamiento es un poco caro pero si se ve el costo beneficio, comparando con un paciente al que le da una embolia establecida y se queda de por vida sin volver a caminar, a la larga el costo de la trombolisis es mucho menor”, dice.
El riesgo de optar por el método de la trombolisis es que puede haber complicaciones hemorrágicas y mínimos casos de complicaciones mortales”. Sin embargo, lo que se busca con este método, es reintegrar al paciente a la sociedad y que pueda realizar sus actividades diarias”, asegura.
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