El chikungunya o chikunguña es una enfermedad de origen africano, que ha llegado a Centro América, donde fue contraída por bolivianos que viajaron a República Dominicana. Las autoridades de salud indicaron que son más de 250 casos registrados en Santa Cruz y no existe una vacuna para curarlo. Siendo la prevención e información la única forma para combatirlo.
El origen de esta palabra proviene de la lengua africana Makonde que significa “enfermedad del hombre encorvado” por el dolor articular intenso que produce. El virus fue detectado por primera vez en Tanzania en 1952 y el 2004 se reportaron brotes intensos en África y Asia. El 2014 se han registrado los primeros casos importados por viajeros que llegaron a República Dominicana y de ahí se propagaron a nuestro país por la misma vía.
“El chikungunya es un virus transmitido por la picadura de mosquitos Aedes aegypti o Aedes albopictus que son los mismos vectores que transmiten el dengue y que están presentes en las zonas cálidas. El periodo de incubación en el ser humano es de 3 a 7 días para que comience a manifestarse”, explicó la infectóloga Dolores Mayta.
El ciclo de transmisión de esta enfermedad se inicia cuando estos mosquitos Aedes pican a una persona ya infectada por el virus chikungunya en los días que tiene fiebre, luego de 10 días el virus se multiplica en las glándulas salivales de los mosquitos y estarán listos para transmitir este padecimiento a otras personas sanas.
SÍNTOMAS
La especialista afirmó que el chikungunya afecta a cualquier grupo humano sin importar la edad o el sexo. Además de existir mucha similitud con los síntomas del dengue, por esta razón es muy importante realizar un diagnóstico preciso para su tratamiento.
“Se manifiesta con fiebre súbita de más de 39 grados durante 3 a 10 días. Asociada con artralgias, artritis, dolor de espalda, cefalea, escalofríos, dolor abdominal, náuseas, vómitos y conjuntivitis. Las articulaciones más afectadas son la mano y muñeca, pero a ellas pueden sumarse rodilla, hombro y columna vertebral”, aseguró la infectóloga.
Mayta dijo que luego de unos días puede presentarse un rash cutáneo (erupción) en la cara, pecho y piernas. En la mayoría de los casos las personas infectadas mejoran en los 10 primeros días de iniciado el tratamiento.
“Durante la gestación no se produce la transmisión trasplacentaria. El mayor riesgo de transmisión al recién nacido es en el parto si la madre tiene fiebre alta. No existe evidencia de la transmisión durante la lactancia y puede provocar abortos en el primer trimestre del embarazo”, dijo Mayta.
Al existir una sintomatología parecida entre el dengue y la chikunguña será importante considerar los siguientes aspectos: la segunda ocasiona un dolor más intenso y localizado en las articulaciones (manos, pies, rodillas y espalda) y tendones. El inicio de la fiebre es más agudo y su duración es relativamente corta. En muy rara ocasión se observa un sangrado en el chikungunya.
TRATAMIENTO
Hasta el momento no existe una vacuna eficaz para contrarrestarla, pero se están realizando algunas pruebas experimentales para combatirlo.
“No hay un tratamiento para la infección por este virus, por esta razón se tratan los síntomas con algunos analgésicos y antiinflamatorios para intentar que ceda la fiebre alta y aliviar el dolor en las articulaciones. Se recomienda descanso e ingerir abundante líquido, pero lo primordial es un diagnóstico preciso de la enfermedad”, enfatizó la infectóloga.
La fiebre y el calor ambiental hacen que el cuerpo pierda agua, por este motivo será indispensable tomar bastante líquido, en el caso de los adultos entre 2 a 3 litros por día y en los niños continuamente a voluntad, en jugos de frutas, sopas o sales de rehidratación. Además de utilizar medios físicos para combatirla con paños húmedos a temperatura ambiente o baños en la ducha.
PREVENCIÓN
La infectóloga aseguró que como medidas preventivas se debe intensificar o reforzar campañas educativas dirigidas a la población acerca de los riesgos que implican la picadura de los mosquitos como vectores transmisores de la enfermedad y las precauciones que se deben tener como el disminuir los depósitos de agua natural (charcos) y artificiales que pueden ser el criadero de los mismos.
“Al igual que el dengue requiere una respuesta integral que involucre acción en salud, educación y medio ambiente. Evitar conservar agua en recipientes (macetas, botellas, envases que puedan acumular agua). Cubrir tanques o depósitos de agua de uso doméstico. Evitar acumular basura y tirar las bolsas plásticas cerradas. Destapar los desagües que puedan dejar el agua estancada. Utilizar mosquiteros en ventanas y puertas que disminuyan el contacto con estos mosquitos”, recalcó Mayta.
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