El autismo se consideraba un desorden muy raro, hace veinte años, la incidencia era en promedio un niño de cada 10 mil. En el 2010, de acuerdo a los departamentos de salud de Gran Bretaña y Estados Unidos, esta incidencia subió bruscamente a 1 de cada 150 niños que fue diagnosticado dentro del espectro del autismo en dicho año. Actualmente, de acuerdo a una encuesta realizada por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), se concluye que 1 de cada 50 niños en edad escolar en Estados Unidos padece un trastorno del espectro autista (Síndrome de Asperger, Autismo y Trastorno del desarrollo no específico).
La comunidad científica, al analizar las causas de este nuevo tipo de autismo, apunta a ciertos factores desencadenantes muy importantes como una relación directa entre el intestino y el cerebro, un sistema inmunológico débil y las vacunas, éste último ha causado una gran polémica a nivel mundial. Estos puntos se desarrollaran más adelante para un entendimiento adecuado.
Actualmente existe una tendencia sobre la alimentación que deben tener las personas con autismo, en este artículo también le brindaremos ciertas pautas.
Raun K. Kaufman, ex – autista que actualmente dirige el Centro para el Autismo de América en Sheffield, Massachusetts, Estados Unidos, dice que: “El autismo es un desorden socio-relacional”, y esto significa que el principal desafío de una persona con autismo es la dificultad de crear un lazo o tener una relación con otras personas y él afirma que casi todos los demás problemas que enfrentan estas personas están relacionadas de alguna manera con éste desafío.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos lo enfrentan también los padres, quienes en primer lugar deben aceptar que existe un problema y en segundo lugar, en nuestro país se topan con ciertas limitaciones que aún se tienen para diagnosticar a tiempo y adecuadamente.
“Normalmente, los pediatras tendrían que evaluar en cada visita de sus pacientes si el niño se está desarrollando como debe o no y de acuerdo a sus observaciones derivarlo a personas especializadas para realizar estos diagnósticos, que pueden ser neurólogos infantiles, psicopedagogos ó psicólogos, todos ellos especializados en el tema. Lamentablemente en Bolivia muchos médicos no realizan las evaluaciones de rutina para saber si un niño podría tener autismo o no y en la mayoría de los casos el niño es diagnosticado recién en edades avanzadas”, dice Alejandra del Carpio de Paz, que asistió en distintas oportunidades al Centro para el Autismo de América en Sheffield, Massachusetts, donde capacitan a padres o personas que tratan a niños con autismo.
Ante la sospecha que su niño tenga algún síntoma, además de consultar con los especialistas a los que tenga acceso, es una excelente opción ponerse en contacto con asociaciones de padres de niños con autismo.
“Estas asociaciones manejan muchas veces información más actualizada y útil para los padres que cualquier especialista, además de todo el apoyo emocional que seguro pueden brindar a cualquier padre que recién está descubriendo que su hijo tiene autismo”, dice Del Carpio.
INCREMENTO DE CASOS ¿POR QUÉ?
Los especialistas que analizan las causas de este nuevo tipo de autismo, apuntan a diferentes factores detonantes, los mismos que la mayoría de las veces actúan como un círculo vicioso:
En primer lugar, se empezó a establecer una relación directa entre el intestino y el cerebro. Cada vez son más los estudios que demuestran esta directa relación, demostrando así que la alimentación puede ser un factor clave tanto en la causa como en el tratamiento. Además, se pudo constatar que un gran porcentaje de personas con autismo presentan daños en el sistema digestivo, lo que refuerza aún más la idea de que ésta podría ser una de las principales causas.
Por otra parte, también se cree que la persona con autismo nace con un sistema inmunológico débil, por lo tanto desarrolla una serie de infecciones en sus primeros meses de vida y es por éste motivo que los médicos recetan antibióticos cada vez más fuertes y de una manera muy seguida, sin darse cuenta que están agravando el problema inmunológico del paciente y además haciendo un grave daño en su intestino, donde volvemos al punto anteriormente mencionado.
Otro factor que ha causado gran polémica a nivel mundial, es el tema de las vacunas. Existen estudios que sugieren que la principal causa del autismo de estos últimos años son las vacunas, especialmente el incremento de la cantidad de las mismas. Sin embargo hay muchos expertos que refutan ésta teoría, por lo que todavía no se pudo llegar a un acuerdo al respecto. “Lo que sí, se podría deducir que si una persona tiene un sistema inmunológico débil, como se mencionó, el aplicarle varias vacunas al mismo tiempo (como una triple o penta, que son muy comunes hoy en día), podría significar un shock bastante fuerte para ese organismo y ésta puede ser la razón por la cual se hayan encontrado virus vivos provenientes de vacunas en cerebros de niños autistas, los mismos que obviamente afectan su normal funcionamiento. Además, al profundizar el daño en un sistema inmunológico débil, se vuelve a un círculo vicioso: los dos puntos señalados anteriormente”, explica Del Carpio.
Otro punto que llama la atención cuando se habla de causas, es la acumulación de metales pesados que presentan una gran mayoría de niños autistas, especialmente de mercurio, plomo y aluminio. Muchos expertos opinan que estos metales provienen de los conservantes utilizados en las vacunas, pero lo más probable es que si el niño no los eliminó como cualquier otro niño, es porque su sistema inmunológico y de desintoxicación natural no están funcionando bien. “Por lo tanto estos niños pueden empezar a acumular metales pesados no solamente de las vacunas si no de muchas otras fuentes como ser el agua, pesticidas, incluso juguetes y muchas cosas que pasan desapercibidas. Nuevamente, el sistema de desintoxicación del cuerpo tiene una relación directa con el intestino y por otra parte, los mismos metales pesados bloquean este sistema y además ocasionan daños en el sistema digestivo y obviamente en el funcionamiento del cerebro”, dice.
Así, como todas estas posibles causas y sus interconexiones, se puede hallar muchas más. Si bien la mayoría de estas causas está de alguna manera relacionada con un intestino dañado y por consiguiente un sistema inmunológico débil, también cada caso es único y su reacción a estas causas y a los diferentes tratamientos, también es particular.
PRINCIPALES SÍNTOMAS DEL AUTISMO
La detección precoz es fundamental, por ello si nota algunos de los rasgos que a continuación se menciona, acuda con un especialista o un equipo interdisciplinario que cuente con las herramientas para realizar un diagnóstico acertado.
No tiene lenguaje y si lo tiene presenta alteraciones.
Ríe sin motivo.
Llanto, pataleta o tristeza sin causa aparente.
Parece sordo.
No hace contacto visual.
Indica sus necesidades llevando la mano de otros.
Dificultad para relacionarse con otras personas.
Aparente insensibilidad al dolor.
No siente temor ante peligros reales.
Conductas motoras repetitivas.
Hiperactivo o muy pasivo.
Apego inusual a los objetos.
Resistencia a los cambios.
DIETA & AUTISMO
Del Carpio asegura que como señalan varios estudios, existe una relación cada vez más clara entre un buen funcionamiento del intestino y un buen funcionamiento del cerebro, por lo tanto es bastante lógico apuntar a la alimentación como una forma de prevención y tratamiento para el autismo. Además, ante cualquier circunstancia de enfermedad, es algo muy positivo que el cuerpo esté bien nutrido, lo cual facilitará de todas maneras cualquier proceso de curación.
“La dieta más común utilizada para niños con autismo es la dieta libre de gluten y caseína, algunas además eliminan la soya y azúcar. Otras se basan en eliminar los folatos, otras los oxalatos y así hay una variedad de dietas que intentan eliminar del consumo diario elementos que pueden ocasionar un daño o mal funcionamiento del cerebro y en muchos casos funcionan ya que justamente son esos elementos los cuales estaban ocasionando el daño”, dice Del Carpio.
La doctora Natasha Campbell Mc Bride, en su libro “Gut and Psychology Syndrome” (www.gapsdiet.com) explica que si una persona no puede tolerar todos las sustancias anteriormente mencionadas, es porque existe un problema en el intestino de la persona. La neuróloga, se especializó en nutrición y por consiguiente en la relación existente entre el intestino y el cerebro, motivada por su hijo autista, en quién ella vio claramente esta condición relacionada con su aparato digestivo. De esta manera desarrolló la dieta GAPS (por sus siglas en inglés), con la cual curó a su niño.
Ella explica que el éxito de esta dieta relacionada principalmente con el autismo y la esquizofrenia es que apunta a la causa del problema, esta dieta, a diferencia de muchas otras, no sólo apunta a síntomas o a retirar de la dieta lo que aparentemente le hace mal a la persona, sino que apunta a una curación y restauración del intestino.
Esta dieta, que tal vez ya vendría a ser un protocolo, se basa principalmente en 3 factores: 1) Eliminación de alimentos y sustancia irritantes, tóxicas y nocivas para el organismo (algunos alimentos no son tóxicos ni nocivos en sí, pero para un organismo dañado pueden llegar a serlo).
2) Ingerir alimentos altamente nutritivos y que pueden ayudar a curar el intestino, como ser alimentos probióticos, grasas animales y vegetales, carnes de todo tipo, etc.
3) Suplementar a la persona con ciertas sustancias como ácidos grasos esenciales, probióticos y otros necesarios mientras ocurre la curación, hasta que el organismo esté capacitado nuevamente para absorber estas sustancias de la alimentación diaria y la naturaleza y redistribuirlos por todo el cuerpo de acuerdo a su necesidad.
SOBRE EL TRATAMIENTO
“Aunque en la actualidad se sabe de miles de niños que han sido recuperados totalmente del autismo y llevan vidas normales, la comunidad científica todavía no ha podido determinar una cura ni cuáles cual es la mejor manera de tratar el autismo. Estos en si dependen de cada persona”, dice Del Carpio.
Existen muchos tratamientos que se están utilizando actualmente, muchos de estos son avalados por la comunidad médica internacional y muchos de ellos, a pesar de ser efectivos, todavía no lo son, como ejemplo: fármacos, diferentes técnicas y terapias de estimulación, alimentación, suplementación, etc., existe todo un protocolo biomédico llamado DAN, acupuntura, homeopatía, quelación de metales pesados, etc.
“La verdad que la utilización de cualquiera de estos tratamientos es decisión muy personal principalmente de los padres del afectado, ya que algunos de estos tratamientos implican algunos riesgos y/o efectos secundarios. Además, que la reacción a cada tratamiento es muy variada de persona a persona”, dice.
Cuando un padre, incluso antes de recibir un diagnóstico médico, nota ciertos rasgos o rarezas en el comportamiento de su hijo, es recomendable aplicar tratamientos que de todas maneras son positivos para la salud general del niño. Tal es el caso de las terapias de estimulación (no invasivas) y el cambio de los hábitos alimenticios hacia una dieta más saludable.
“En todos los casos, estas dos acciones sólo colaborarán a una mejoría del niño, sin ningún efecto secundario. Otra sugerencia que se puede dar a los padres es que actúen lo más rápido posible, ya que todas las terapias y tratamientos son más efectivos mientras más pequeño es el niño”, Asegura Del Carpio.
ESPECTRO DEL AUTISMO
Existe lo que se llama un “espectro” del autismo, donde se considera a personas con diferentes grados, de acuerdo a diferentes clasificaciones. Algunas, toman en cuenta desde personas con un Déficit de Atención e Hiperactividad hasta personas con un autismo severo y clásico. Otras clasificaciones toman desde un Síndrome de Asperger en un extremo del espectro hasta el autismo severo y clásico, teniendo en el centro a casos de Trastorno generalizado del Desarrollo y casos de autismo leve y moderado.
Por otro lado, además de existir diferentes grados en el autismo hay que aclarar que existe una gran diversidad de síntomas, reacciones y características de persona a persona incluso si estas se encuentran en un mismo punto del espectro. Es decir, cada caso es único y cada persona con autismo es diferente de las demás, incluso si presenta algunos rasgos o características en común con otra, explica Del Carpio.
OTROS ASPECTOS
Aunque hasta el momento la comunidad científica no ha podido determinar con exactitud qué ocasiona el autismo (en los casos en los que se cree que no son directamente relacionados a la genética). Sí hay estudios preliminares que muestran cierta predisposición en algunos casos de los bebés prematuros y los niños de madres con hipotiroidismo no tratado adecuadamente durante el embarazo, la presencia de amalgamas de mercurio en la dentadura de uno o ambos padres, problemas hormonales, enfermedad de Lyme en el niño (transmitida por una picadura de garrapata), sobre crecimiento de parásitos, y muchos otros. Sin embargo, no se ha podido establecer una relación directa y constante de manera científica con ninguno de estos aspectos todavía.
Por otro lado, se ha relacionado al autismo o Síndrome de Asperger con una inteligencia superior de las personas pero tampoco se ha podido corroborar de manera científica.
“Es cierto que muchas personas con autismo, especialmente el llamado de “alto funcionamiento” o con el Síndrome de Asperger sí se presentan características de una inteligencia superior en áreas específicas, principalmente relacionadas a las ciencias, matemáticas, la memoria, etc. y también podría ser que las demás personas con autismo, incluso el más severo también tengan esta inteligencia elevada, sólo que no pueden llegar a hacer las conexiones necesarias para demostrarla” explica.
Lo que sí se sabe, en general, es que las personas dentro del espectro del autismo tienen un problema de interacción y relacionamiento con sus pares y con el medio que las rodea, lo cual ocasiona que no sea fácil para ellas desenvolverse aunque presenten rasgos de inteligencia superior en las áreas mencionadas anteriormente, razón por la cual, es muy importante dirigir las terapias de estimulación a este aspecto y no tanto a la parte académica, cognitiva y otras similares.
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