Los resultados de esta investigación, publicada en la revista especializada JAMA (de la asociación médica estadounidense), confirman lo que ya muchos otros estudios del mismo tipo han estado validando desde hace 15 años.
En estos 95.000 niños, las vacunas no tuvieron ninguna relación con el autismo, incluso si en la familia ya había un hermano mayor diagnosticado con esta condición. Todos los niños estudiados tenían hermanos mayores, algunos de los cuales padecían autismo.
"Al igual que otros estudios publicados en otras revistas especializadas, observamos que no hay ninguna asociación entre la triple viral y el aumento de riesgo de autismo", señaló el estudio liderado por Anjali Jain, médica en Falls Church, Virginia, y financiado en gran parte por los institutos estadounidenses de Salud (NIH).
Pero, a pesar de la enorme cantidad de evidencia científica, muchos padres continúan suponiendo que existe una correlación entre la vacuna triple viral y el riesgo de padecer trastornos de espectro autista (TEA).
El autismo está en aumento y afecta a uno de cada 68 niños en Estados Unidos, pero aún no se comprenden sus causas, lo cual abre el terreno a las especulaciones.
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