martes, 30 de junio de 2015

HIPOTERMIA

La hipotermia accidental se define por una temperatura menor a 35 grados centígrados, como resultado de una exposición sin una adecuada protección. Se clasifica en leve (32,2 – 35°C), moderada (32,2 – 28°C) y severa (-28°C).

Aunque la hipotermia pueda producir disfunción de múltiples órganos, las manifestaciones más relevantes son las cardiovasculares y neurológicas.

El tratamiento de una hipotermia tiene como objetivo fundamental el recalentamiento del paciente y soporte de las funciones vitales. La elección del método de recalentamiento depende de la gravedad de la hipotermia y de la situación clínica del paciente.

MEDIDAS GENERALES (PARA MÉDICOS)
Recalentamiento externo: pasivo (habitación caliente, mantas) y activo (mantas térmicas, lámparas de calor, calentadores de aire por convección, inmersión en agua caliente).

Recalentamiento interno: oxígeno humidificado caliente, perfusión de sueros calientes, lavado de cavidades con sueros calientes.

Recalentamiento extracorpóreo: Hemodiálisis, recalentamiento arterio-venoso, veno-venoso.

Otros: Monitorización y control de la diuresis, vigilancia neurológica estrecha. Por el riesgo de precipitar las arritmias, no se deben colocar catéteres centrales hasta lograr recalentar el paciente; si se presentan arritmias, la mayoría desaparecen durante el recalentamiento, por lo que rara vez precisan tratamiento farmacológico.

En caso de bradicardia sintomática, la colocación de un marcapasos debe diferirse hasta que la temperatura corporal sea mayor a 30°C. La hipotensión arterial es frecuente durante el recalentamiento por vasodilatación y responde muy bien a la administración de solución fisiológica.

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