jueves, 23 de julio de 2015

La hepatitis, una enfermedad compleja que daña el hígado

El término hepatitis se refiere a la inflamación del hígado provocada por virus o tóxicos y tiene repercusiones severas sobre el estado de salud de la persona afectada. Es importante prevenirla para limitar las complicaciones.
Los diferentes virus que la ocasionan

La hepatitis viral es causada por distintos virus, los cuales acarrean síntomas similares (náuseas, vómitos, ictericia, cefaleas, fiebre, heces blancas y orina oscura). Se deben diferenciar los agentes virales para iniciar un tratamiento adaptado.

A

El virus de la hepatitis A (VHA) se transmite generalmente cuando una persona no infectada consume bebidas o alimentos contaminados por las heces de un paciente afectado por este virus. Asimismo, es posible contraer el VHA realizando ciertas prácticas sexuales (sexo anal, por ejemplo). Es necesario seguir un tratamiento médico específico y respetar reglas de higiene estrictas. También se puede prevenir el desarrollo de la enfermedad con la vacunación.

B

Se transmite el virus de la hepatitis B (VHB) a través de la sangre, semen y otros líquidos biológicos. Asimismo, el bebé se puede infectar durante el parto si la madre padece hepatitis B. Se debe iniciar un tratamiento de inmediato para evitar que la enfermedad se vuelva crónica y acarree complicaciones severas. Para no contraer el VHB, se recomienda vacunarse.

C

No existe vacuna contra el virus de la hepatitis C (VHC), el cual se transmite a través de la sangre (transfusión sanguínea, inyecciones y consumo de drogas inyectables). La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la transmisión sexual es posible, pero poco frecuente. La única manera de protegerse frente al VHC y evitar padecer sus complicaciones (cirrosis y cáncer del hígado) consiste en asegurarse que el material utilizado para efectuar inyecciones sea completamente estéril.

D

La hepatitis D afecta solamente a los pacientes que padecen hepatitis B, ya que el virus D (VHD) se replica en presencia del VHB. Se contrae por la sangre, esperma y líquidos biológicos. Toma en cuenta que una persona afectada por VHB y VHD al mismo tiempo tiene mayores posibilidades de sufrir complicaciones serias. Por eso, es indispensable vacunarse para tener una protección óptima.

e

Es una infección que se suele resolver en 6 semanas. Sin embargo, en algunas personas, puede agravarse y tener repercusiones fatales. El virus de la hepatitis E (VHE) se transmite a través del agua contaminada. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), también puede contraerse por la ingestión de productos derivados de animales infectados, transfusión sanguínea y durante el parto. Existe una vacuna para protegerse del VHE, pero es difícil conseguirla. Por lo tanto, debes respetar reglas de higiene estrictas para no contraerlo.

g

Se ha descubierto el virus de la hepatitis G (VHG) en 1995. Se transmite a través de la sangre (transfusiones sanguíneas e inyecciones, por ejemplo). Toma en cuenta que los pacientes suelen ser asintomáticos y las repercusiones no son tan graves como en los otros tipos de hepatitis. No existe vacuna para protegerse contra el VHG.

Los contextos del

desarrollo y los

caminos preventivos

de la hepatitis

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Rolando Herrera Gutiérrez

Presidente Sociedad Boliviana de Medicina Familiar

La palabra hepatitis significa etimológicamente “inflamación del hígado”, pero detrás de este concepto básico, se esconde una enfermedad multifactorial que puede tener un desenlace crónico y fatal, el cual afecta al hígado, el órgano más resistente y polifuncional del cuerpo humano.

Las hepatitis pueden tener varios orígenes, ya que el hígado trata los diferentes residuos y tóxicos del organismo. Sin embargo, la causa más frecuente, importante y prevalente es indudablemente la viral, ya que los virus hepatotropos causan más del 90 por ciento de los casos de hepatitis. Es necesario destacar que esta afección es la punta de un iceberg que esconde escasez de higiene, pobreza, hacinamiento, servicios sanitarios deficientes, falta de educación e inclusive promiscuidad, ya que los 6 serotipos virales actualmente clasificados como A, B, C, D, E y G son transmitidos por alimentos contaminados, heces de personas, descomposición de víveres, transfusiones sanguíneas y relaciones sexuales.

La prevención de esta enfermedad se debe dar en cualquier tipo de ámbito y contexto de la sociedad con el fin de que su incidencia sea menor. Para este efecto, se sugiere implementar dos caminos que son altamente importantes y simultáneos. El primero es el de la higiene, sobre todo en la manipulación de los alimentos. Por eso, es esencial fomentar una disciplina habitual que consiste en lavarse las manos (con agua y jabón) luego de utilizar el sanitario y antes de llevarse los productos alimenticios a la boca. Asimismo, el lavado (con agua caliente y detergente) de los utensilios y cubiertos, el aseo de manos de las manipuladoras de alimentos en quioscos, carros de jugos de fruta, tenderas de barrio, entre otros. El segundo camino es el de las vacunas. En nuestro país, desde hace aproximadamente una década y media, se incorporó la vacuna contra la hepatitis B en el Programa Ampliado de Inmunizaciones de Segunda Generación (PAI II), lo que ha sido un paso decisivo, ya que la hepatitis B es, sin duda alguna, la más letal de las cepas, más aún tomando en cuenta que también se transmite por vía sexual y favorece al desarrollo de la temida hepatitis D.

No debemos olvidar que la hepatitis es una enfermedad infecciosa, transmisible y social que merece nuestra atención. Además, se debe lograr una educación que permita establecer hábitos saludables en las nuevas generaciones.


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