Es muy importante controlar la ingestión de los carbohidratos pues para digerirlos el páncreas libera mayor cantidad de insulina, provocando que el organismo asimile más rápido todo lo que se come.
En niños gorditos existe una resistencia a la insulina, lo que provoca que el páncreas la produzca en mayor cantidad para regularizar el exceso de azúcar en la sangre; sin embargo, la piel también se ve afectada pues se vuelve oscura y aterciopelada, lo que revela que el niño tiene problemas para asimilar la glucosa. “Los niños que no acuden a un doctor para solucionar este problema tienen altas probabilidades de ser diabéticos”, dijo Barbero.
La hipertensión es otra enfermedad que ronda a los niños obesos.
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