La hemofilia es una enfermedad congénita a causa de una alteración genética que provoca la falta de un factor para la coagulación de la sangre (el factor XVIII en el caso de hemofilia A y el factor IX en hemofilia B).
Pero existe un subgrupo de pacientes con hemofilia A grave que, por un defecto genético, les falta una proteína y desarrollan un inhibidor contra el tratamiento que intenta reemplazarla.
“Son pacientes con mayor morbilidad y mortalidad y para ellos hay que buscar agentes bypass que paren el efecto del inhibidor activando la coagulación”, explicó Víctor Jiménez Yuste, jefe del Servicio de Hematología del Hospital de la Paz de Madrid.
Este centro participa en un ensayo internacional con pacientes adultos, al igual que los hospitales la Fe de Valencia y Virgen del Rocío de Sevilla, y pronto comenzará el estudio en niños menores de 12 años.
En la reunión de ASH, la compañía farmacéutica Roche presentó datos sobre el anticuerpo monoclonal, el ACE910, el primer bioespecífico que se emplea en hemofilia y que, con doble dirección, actúa sobre los factores IX y X favoreciendo la coagulación de la sangre.
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