A los sofocos se les consideraba un problema de calidad de vida, dijo la autora principal, Rebecca Thurston, del Laboratorio de Salud Bioconductual Femenina de University of Pittsburgh.
En tal sentido, pocos investigadores habían tenido en cuenta su relación con la salud cardíaca femenina, apuntó.
A propósito de ello, su equipo analizó 272 mujeres posmenopáusicas, de entre 40 y 60 años, y halló una conexión entre los acaloramientos anticipados y un deterioro de la función del revestimiento interno (endotelio) de los vasos sanguíneos.
Según explica un artículo divulgado en la revista Menopause, la salud endotelial se determina con una evaluación de la respuesta a las señales que hacen que se expandan los vasos.
Como resultado del examen, los autores encontraron que, en las mujeres con sofocos entre los 40 y 53 años, las células del endotelio arterial respondían menos a esas señales, lo que anticipa un aumento del riesgo cardiovascular.
En las mujeres de la misma edad sin sofocos no se presentó esa situación, al igual que no se detectó una relación entre esos síntomas y la disfunción endotelial en las mujeres de entre 54 y 60 años. Ninguna de ellas fumaba ni tenía enfermedad cardiovascular diagnosticada.
Al decir de Thurston, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte femenina y los sofocos afectan al 70 por ciento de las mujeres.
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