Tanto el invierno como el otoño son sinónimo de ver a todo el mundo enfermo. Todo es debido a los cambios de temperatura que afectan nuestras defensas. Es en esta época donde deberíamos prestar más atención, controlar las variables para que el clima no nos tome por sorpresa y comenzar las estaciones más frías enfermos.
Mucha gente le resta importancia a esta etapa y es fundamental, se podría decir que hasta más importante que cuando ya estamos en invierno, porque en ese momento, el cuerpo ya se habrá acostumbrado a las bajas temperaturas. Pero cuando todavía estamos un poco con calor otro poco con frío, el organismo no sabe bien cómo reaccionar.
Mientras estamos en casa o en la oficina no hay problema, ya que seguro estaremos bien acondicionados. Pero todo cambia cuando salimos a la calle. Nuestras defensas se ponen en acción, pero no siempre esto es suficiente. La ropa es la herramienta principal para combatir a los virus y enfermedades que rondan en el aire. Elige la más adecuada según la temperatura de ese día y no porque estamos en otoño tenemos que usar algo sin abrigo.
Es importante antes de salir bajar la calefacción o abrigarnos, para que la temperatura corporal no sufra picos, debilitando las defensas y dejando el paso libre a los causantes del resfriado y la gripe.
Pero también es bueno estar prevenidos y preparados durante todo el año. ¿Cómo? Con una buena alimentación y vida saludable. La dieta debe contar con todos los nutrientes esenciales, sobre todo la vitamina C, que protege las células y arma nuevas barreras de defensa. La fibra es muy importante también porque es vital para tener una buena salud y no ser vulnerables a los atacantes externos.
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