A menudo, esta enfermedad se confunde con otros padecimientos menos graves, como la gripe o influenza. Muchos pacientes retrasan la visita al médico porque no se dan cuenta que tienen este problema de salud, que en el 2020 cobró la vida de más de 280 mil personas alrededor del mundo.
Este 15 de septiembre se recuerda el Día Mundial del Linfoma, una iniciativa que la Red Mundial de Asociaciones de Pacientes con Linfoma (Lymphoma Coalition) promueve desde el 2004, con la finalidad de crear conciencia sobre este tipo de cáncer aún no muy conocido. Y es que los síntomas de esta enfermedad se observan comúnmente en otros problemas de salud menos graves, como las infecciones virales, lo cual hace que las personas no vean necesaria una visita al médico.
De acuerdo al observatorio global del cáncer (Globocan, por su sigla en inglés), en el 2020 se registró más 627 mil nuevos casos y alrededor de 283 mil muertes asociadas a esta enfermedad a nivel mundial y su incidencia es cada vez mayor. Es por ello que diferentes organizaciones de salud trabajan para que las personas puedan estar informada sobre este tipo de cáncer, actúen en el momento oportuno y tengan mayores posibilidades de éxito en su tratamiento.
¿Qué es el linfoma? Es un tipo de cáncer en la sangre que se manifiesta en órganos del sistema linfático y afecta fundamentalmente a los linfocitos. Existen fundamentalmente dos grandes categorías de esta enfermedad: linfoma de Hodgkin y linfoma no-Hodgkin (LNH), siendo este último el más frecuente.
Entre los síntomas están: inflamación indolora de los ganglios linfáticos en la parte del cuello, ingle, axilas, tórax o el abdomen; fiebre recurrente; sudoración intensa; escalofríos; pérdida de peso inexplicable; dificultad para respirar y tos; dolor de cabeza; entre otros. Cabe señalar que estas dolencias son persistentes y no tienen como origen otra enfermedad o infección.
Para el hematólogo Eduardo Ustarez, muchos de los síntomas que presenta el linfoma son inespecíficos y pueden simular cualquier enfermedad infecciosa. Sin embargo, una particularidad es que las inflamaciones que se dan en los ganglios linfáticos crecen de manera indolora, habitualmente progresiva y sin disminuir su tamaño, lo cual es una gran alerta para recurrir al médico y realizarse los exámenes respectivos.
Por su parte, la hematóloga Lucía Reynolds coincide en que se debe recurrir al médico cuando se percibe una inflamación persistente de los ganglios. Afortunadamente, la especialista afirma que en Bolivia se ha acelerado el protocolo para la detección del linfoma, ya que el médico internista deriva, con mayor rapidez, los pacientes sospechosos con esta enfermedad a la especialidad correspondiente para realizarles los análisis necesarios.
Prevención
Ambos hematólogos señalan que no existe una manera específica de prevenir esta enfermedad, aunque una alimentación sana, ejercicio habitual y controles médicos rutinarios ayudan a disminuir algunos factores de riesgo del linfoma y de cualquier otro tipo de cáncer. Adicionalmente, para Reynolds, las personas que trabajan en el campo con herbicidas y otros agroquímicos deben tener mucho cuidado en la manipulación de estos elementos y deben utilizar los equipos adecuados de bioseguridad.
Los especialistas afirman que en Bolivia no existe un registro de la incidencia de esta enfermedad, pero observan que los casos han ido en aumento, por un parte, gracias a que se ha puesto mayor énfasis en el diagnóstico.
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