domingo, 21 de noviembre de 2010

El zinc, esencial para la piel y el sistema inmunitario



El zinc es un micromineral esencial para el correcto funcionamiento del organismo, especialmente para una piel sana y un sistema inmune fuerte y capaz de ofrecer resistencia a diversas infecciones. Su ausencia genera problemas múltiples en la salud, pues el 85 por ciento de las reservas se deposita en los músculos, huesos, testículos, cabellos, uñas y tejidos pigmentados del ojo. Así, después del hierro, el zinc tiene una alta concentración en el cuerpo.

Ricardo Sevilla, nutricionista del Hospital Germán Urquidi, explica que la falta de zinc en el organismo, ya sea por no ingerir alimentos que contienen este mineral o por su mala absorción a nivel celular, debilita el sistema inmunológico (más vulnerables a las infecciones), agrava la desnutrición, interrumpe el normal crecimiento, retrasa el desarrollo motor, cognitivo y sexual, produce lesiones en la piel cuya restauración es lenta, aumenta el nivel de colesterol sanguíneo, disminuye la perceptibilidad de la vista, el gusto y el olfato, y provoca estados de debilidad, fatiga y cansancio.

El zinc interviene en el correcto funcionamiento de más de 300 enzimas que aceleran el metabolismo de los macronutrientes (como proteínas, carbohidratos y grasas), de los ácidos nucleícos (como el ácido desoxirribonucleico o ADN y el ácido ribonucleico o ARN) y de las hormonas (como la insulina y la leptina), destaca Sevilla.

El organismo contiene normalmente, entre 1,5 y 2,5 gramos de zinc que están distribuidos prácticamente en todas las células, en mayor cantidad, en el hígado del recién nacido y en el tejido óseo y muscular del adulto. También se encuentran en el cerebro, el corazón y los pulmones, donde las cantidades son más estables, es decir, no dependen de la ingesta alimentaria como lo hacen los testículos, el cabello, las uñas y la retina, dijo Sevilla.

Piel y desnutrición

Estudios han demostrado que otra de las propiedades del zinc es que favorece la vitalidad de la piel. A propósito, el especialista en medicina tropical, Ernesto Rojas, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Mayor de San Simón, después de dos años de tratamiento con suplementos de zinc y otros micronutrientes, ha advertido mejoras en pacientes con leishmaniasis (enfermedad destructiva de la piel causada por la picadura de mosquitos), que son multiresistentes a los medicamentos habituales que se emplean en su tratamiento, estimulando su sistema inmunitario.

Asimismo, Sevilla indica que las dos únicas maneras de compensar el nivel de zinc en el organismo son a través de suplementos dosificados o medicamentos (bajo supervisión médica) y por la ingesta de algunos alimentos.

Los suplementos (en polvo, inyección y tabletas) son empleados en algunas terapias con resultados exitosos. Sevilla, por ejemplo, lo viene administrando junto a otros nutrientes, desde hace 20 años, a niños desnutridos incidiendo en su rápido desarrollo, crecimiento y recuperación. De tres meses que tardaba la recuperación, con zinc se redujo a cuatro semanas, dijo.

Actualmente el Sistema de las Naciones Unidas (UNICEF) dona tabletas de zinc de 10 y 20 gramos. a países en vías de desarrollo, convencido de que el zinc es un nutriente indispensable para disminuir la mortalidad infantil, porque tiene la facultad de reducir la frecuencia y la gravedad de las diarreas, la incidencia de la neumonía, además de promover el crecimiento longitudinal (o estatura) del niño pequeño e incluso del feto. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud recomienda su uso en el tratamiento contra las diarreas.

Fuentes de zinc

El zinc se debe reponer pues se pierde en las heces, orina, sudor, semen y menstruación. Este micromineral se encuentra, especialmente en alimentos de origen animal como: pescados, sardinas, hígado, carnes de res, cordero, cerdo, aves, yema de huevo, leche y queso. En menor proporción, en legumbres (alfalfa, porotos, arvejas, frijoles, lentejas, garbanzos, habas y soya), frutos secos (almendras, nueces) y cereales integrales (trigo, avena, arroz, pan integral).

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