Revisar la columna de los niños a los cinco años puede ayudar a detectar a tiempo la escoliosis, una deformidad de la columna que a esa edad puede ser curada de mejor manera a través de un tratamiento o una cirugía.
El director del Hospital del Niño, Cristhian Fuentes, aseguró que es muy importante que tanto los padres como el pediatra estén alertas durante el crecimiento de los menores para diagnosticar a tiempo éste u otros males.
Explicó que los padres deben alarmarse cuando “los hombros de los niños que estén parados descalzos no están al mismo nivel, si la altura de los homoplatos no es normal y si el menor tiene alguna inclinación cuando marcha, si observan una de esas anomalías, inmediatamente deben llevarlo donde su pediatra para que le haga el diagnóstico”.
El pediatra deberá realizar una exploración en el niño, con especial atención en el desarrollo de la columna, lo que se puede hacer a través de una radiografía o un examen semiolóptico.
Hay dos tipos de escoliosis, explicó Fuentes, la de carácter idiopático, que se presenta sin causa aparente y produce una deformidad, y la congénita, que se debe a que una de las vértebras o varias se ven involucradas en una alteración en su desarrollo, “eso quiere decir que un lado de la vértebra es más grande que el otro o que existen dos vértebras que se pierden al articular. Ambos tipos producen el desvío o deformidad de la columna”.
El Director de este hospital de referencia nacional señaló que, pese a que ésta es una patología poco frecuente, sí se la detecta. “En el hospital la permanencia de la enfermedad es de 0,5 por cada mil”.
En el caso de la escoliosis idiopática, la curvatura de la columna puede tener la forma de S o de C. Aunque no se sabe cuáles son las causas, se dice que el crecimiento rápido durante la adolescencia y los ligamentos flojos que no pueden sostener a las vértebras pueden ser factores determinantes de esta enfermedad.
Fuentes afirmó que las mujeres tienen mayor predisposición a este tipo de escoliosis que los varones.
La patología puede ser un mal de familia, por eso, el médico de cabecera debe examinar con regularidad a los niños cuyos padres o hermanos también padecen de escoliosis.
Por eso, es muy importante que el diagnóstico se realice precozmente a los cinco años, porque después las curvas se hacen más acentuadas.
Elegir el tratamiento de la desviación, aseguró Fuentes, depende del grado de deformidad: desde el uso de un aparato ortopédico hasta la cirugía que, en todo caso, debe practicarse lo antes posible para evitar que la deformidad sea cada vez más pronunciada.
“Si la escoliosis tiene los ángulos mayores a 15 grados, el niño puede usar aparatos ortopédicos; si es mayor a 20 grados, no le queda más que operarse”, explicó el médico.
Conforme pasa el tiempo, la patología genera malestar, porque la curva ejerce una presión anormal en la columna, haciendo que el dolor pueda variar entre las personas, incluso algunos pacientes sienten sólo una molestia.
El problema de la escoliosis, indicó Fuentes, no sólo tiene que ver con la columna, porque afecta también a otras partes del ser humano, como el tórax, ya que a través de las costillas también se produce su rotación.
“Es decir que la curva que se forma de la columna compromete el pecho del niño y, por lo tanto, comienzan a tener restricción respiratoria. Hay una insuficiencia respiratoria de tipo constructivo, esto a su vez provoca una hipertensión pulmonar e insuficiencia cardiaca”.
Por lo tanto, es importante la vigilancia oportuna a los niños, porque el mal puede llegar a ser fatal.
Para destacar
Los médicos especialistas dividen a la escoliosis en dos grupos: la estructural y la no estructural.
Es estructural cuando la columna tiene una curvatura permanente, por una enfermedad, un golpe o una infección.
Es no estructural cuando la columna vertebral mantiene una estructura normal y la curvatura es temporal.
La enfermedad se puede medir por ángulos, desde los cinco, diez, 20 y hasta 30 grados.
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