Según publica elmundo.es, los años transcurridos sin que haya aparecido de nuevo la mortal infección parecen indicar que el paciente está curado del sida definitivamente y que no fue cosa de un día. Sin embargo, los científicos son escépticos y sostienen que es muy difícil que esto se vuelva a producir.
La historia fue la siguiente. El hombre, que ya había desarrollado el sida, enfermó de leucemia y el tratamiento con radioterapia y quimioterapia, al que se sometió, no fue eficaz. La única solución pasaba por un trasplante de médula ósea, es decir, de células madre sanguíneas.
Fue entonces que el equipo del hospital de esta universidad, dirigido por Gero Hütter, decidió seleccionar a un donante que, además de ser compatible, presentaba una mutación genética conocida como delta 32 CCR5, que porta el 1,5 por ciento de la población mundial y confiere una protección natural frente al virus.
Tras la operación, que no estuvo exenta de riesgos, pues tiene una mortalidad mayor del 5 por ciento, los médicos detectaron que el VIH había desaparecido del paciente. Los resultados eran optimistas; sin embargo, Timothy necesitó otro trasplante a los 13 meses, porque recayó de la leucemia, pero el sida tampoco hizo acto de presencia entonces.
Ahora que ha transcurrido un tiempo suficiente para analizar el caso, los médicos que entonces lo trataron publican en una revista científica que “puede afirmarse que en este individuo se ha curado el sida”. Pero de ahí a que se convierta en una esperanza para las más de 33 millones de personas con VIH que hay en el mundo, hay un trecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario