Este proceso de reprogramación permitió �borrar� todos los defectos característicos de los fibroblastos con progeria y devolverles una apariencia totalmente sana y �juvenil� (como los de una persona sana). El más característico de estos fallos es la acumulación de una proteína defectuosa (la progerina), donde debería estar la lamina A, la encargada de dar estabilidad al núcleo de las células. Cuando esas células embrionarias sanas fueron reprogramadas de nuevo, esta vez hacia músculo liso, recuperaron de nuevo todas sus características de �ancianidad�.
DOS SEMANAS La ventaja es que todo este viaje en el tiempo ha podido realizarse en sólo dos semanas, frente a los 80 años que tardaría un organismo humano normal en envejecer. Precisamente, esa �lentitud� del paso de los años dificulta mucho el estudio del envejecimiento, algo que podría cambiar a partir de ahora con este modelo de estudio. Todos los estudios sobre envejecimiento se han realizado en modelos animales, como la mosca, el gusano o el ratón. "Éste, al realizarse en humanos, nos puede servir como modelo para el estudio de la vejez en el hombre". De hecho al ser capaces de "rejuvenecer el núcleo envejecido de la progeria" se abre la puerta al estudio de los mecanismos genéticos del envejecimiento y, lo que sería aún mejor, "a la búsqueda de compuestos químicos que puedan alterar este proceso natural en humanos". El estudio es una muestra del gran valor de la estrategia de reprogramación celular diseñada en 2006 por el japonés Shinya Yamanaka (que permite devolverles propiedades embrionarias). Ese tipo de trabajos no tienen por ahora aplicaciones clínicas para los pacientes, su importancia radica en la posibilidad de crear modelos celulares complejos.
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