MUY FRECUENTE. La fiebre no es una enfermedad, sino la respuesta del organismo ante una situación anormal. "En niños, la amigdalitis y la bronquitis lideran las causas frecuentes sobre todo en tiempo de invierno, mientras que en verano son todas las enfermedades intestinales, a veces no tienen tos ni catarro y de repente vomitan y eliminan una diarrea, entonces son toxinas que provocan una fiebre alta, eso depende de la estación del año", dice el pediatra Fabián Barja al tiempo de señalar que a diario recibe entre 15 y 20 niños con fiebre por diferentes causas.
EL PRIMER PASO. Barja recomienda a los padres tener a mano siempre un termómetro. Primero hay que determinar el grado de temperatura que tiene el niño, basándose en que 37 grados es la temperatura normal, en la mañana 36,8 y en la tarde 37,2 a partir de 37,5 ya es febrícula y de 38 para adelante ya es la fiebre que todo mundo nota y el niño se pone rojo, agitado, llorón y nauseoso. "Un vez el termómetro marca por encima de los 38 hay que darle paracetamol dos gotas por kilo, acompañado por un baño tibio, rápido y refrescante".
EL SEGUNDO PASO. Cuando sube la temperatura a 39 grados se trata de una emergencia febril, dice la explicación medica, el niño comienza a temblar y a tener escalofríos, lo que se llama estado preconvulsivo, ya que también pone su mirada media fija, en esta situación se aconseja darle un baño un poco más prolongado con agua tibia, eso va a provocar que la temperatura baje por lo menos media hora.
IMPRESCINDIBLE. Una vez bajada la temperatura es obligatorio llevar al niño con su pediatra para determinar las causas y el tratamiento a seguir, después que el paracetamol hace su efecto en 6 horas la temperatura va a volver y se necesita de observación o internación.
CUANDO EL NIÑO TIEMBLA Y TIENE ESCALOFRÍOS
no es aconsejable abrigarlo demasiado ya que eso aumenta la temperatura.
SI DESPUÉS DE BAÑARLO Y DARLE PARACETAMOL
la fiebre sigue alta, debe contactarse inmediatamente con su pediatra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario