Su padre, Dulfredo Serrudo, se gana la vida como ayudante en una panadería, y su mamá, Marisol Patiño, modista, dejó la máquina y se dedicó a tocar puertas para lograr el trasplante de su hijo. Fue precisamente ella la que no dudó ni un instante en donarle uno de sus riñones, cuando los estudios indicaron que eran compatibles.
El equipo de especialistas, encabezado por el doctor Herman Peinado, aceptó hacerse cargo de la cirugía de forma gratuita, mientras que la clínica Ángel Foianini, asumió la internación sin costo alguno, mientras que los análisis de laboratorio fueron costeados por Davosan.
Efraín, que abandonó sus estudios por su enfermedad, cuando estaba listo para ser operado sufrió una descompensación y se resfrió dos veces, lo que hizo postergar la cirugía.
Finalmente, el lunes 9 se concretó el trasplante. La operación fue exitosa y ahora madre e hijo están estables y recuperándose en la clínica Foianini.
Davosan ya registra 124 trasplante renales y tiene otros pacientes que están a la espera de un riñón.
Para Dora Luz de Dávila este caso es un logro porque se ha pasado por muchas dificultades hasta que la cirugía se concretó. “Hay que destacar el valor de esta mujer y de su esposo, que han dado nueva vida a su hijo”, sostuvo Dávila.
También agradeció a toda la gente que apoyó con la compra de banderas cruceñas en la campaña de Davosan y Biopetrol, cuyos fondos recaudados han sido destinados a esta cirugía. Además, ponderó el apoyo de los galenos Fernando Antelo, Herman Peinado, Willy Ovando, Arturo Barrientos, Jaime Ribera, Teodoro Aguilera, Roque Hurtado, Jorge Luis Flores, así como de la fundación Baby Dick.
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