En total, se calcula que la reducción del consumo y la exposición asociada a la nueva ley es de alrededor del 5%, lo que se traduciría en unas mil muertes al año por esta causa. La cifra posiblemente aumentó con el paso del tiempo, ya que si bien el daño cardiaco y en algunas dolencias respiratorias desaparece enseguida, el impacto en los tumores —sobre todo el de pulmón— tarda hasta 20 años en eliminarse.
Los datos del cumplimiento de la ley son claros: la contaminación por partículas PM2,5 se ha reducido un 90% en bares y restaurantes. Actualmente, empieza a ser casi más sano estar dentro de uno de estos locales que en la calle, según un trabajo hecho por investigadores de la universidad de Zaragoza. Las partículas en el interior son 22,54 partes por millón, mientras que fuera ascienden a 25,23.
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